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martes, 25 de noviembre de 2014

CAPITULO 19: LA CONQUISTA DEL FIN DEL MUNDO

ETAPA 19: NORDKAPP-KAUTOKEINO




Distancia total ruta:  364 kms

Tiempo total:   5 horas

Ciudades visitadas:   2

Paradas:  3

Consumo medio:   4,83 l/100



La tormentosa noche de ayer, apenas me dejo dormir de los nervios. Y no por los incesantes vientos que azotaban la estructura de hotel o la lluvia que no dejaba de recordarnos que estábamos en la indómita Noruega, sino por el hecho de haber sido vencido en el primer asalto por las fuerzas de la naturaleza y tener que posponer la conquista de Nordkapp para el día siguiente. Desde el día que empecé a planificación de esta aventura y desde que comenzamos a viajar, siempre soñé con la consecución de esta hazaña, por eso no pude evitar irme a la cama anoche con cierta decepción. Hoy ha llegado la hora de la venganza, de tomarse la revancha, de llegar al punto más al Norte de Europa. Sin embargo, me encuentro inmerso en sentimientos contradictorios, por una parte tengo ganas de llegar para conseguir unir el punto más al Sur con el punto más al Norte de Europa, pero por otro dentro de mi se, que desde que lleguemos a Nordkapp, el viaje empezará la cuenta regresiva del regreso a España, el fin de nuestra aventura estará más cerca.

Aquí, en el fin del mundo, parece que el tiempo ha bajado su acción pero sigue lloviendo, con fuertes vientos y bajas temperaturas. M Carmen y yo nos miramos con cara de circunstancia.

-Hoy pienso llegar a Nordkapp, sea como fuere, no me he hecho 7000 kms para rendirme ahora - le digo a M Carmen con determinación y fuerzas renovadas. 

-Tranquilo, según el parte meteorológico a las 10:00 tendremos una ventana de tiempo, ¿no? - me dice M Carmen mientras sostiene el papel que nos dió la amable recepcionista del Camping Nordkapp

-Venga, vamos a desayunar que está incluido. Pero como sea como la calidad de la señal WIFI, vamos a pasar hambre - le digo, mientras me acuerdo de la gran putada que nos hicieron en el camping de casi dejarnos tirados. Afortunadamente, la suerte o una recepcionista más diligente se alió con nosotros para evitar que durmiéramos literalmente en la calle. 

Son algo más de las 08:00 y nos disponemos a entrar en el hall para desayunar. Un hall que está a reventar de turistas orientales, que lo monopolizan todo. Por un momento, nos sentimos en el infierno de las rebajas y eso que estaremos en una de las zonas más despobladas del mundo. Mientras nos la arreglamos para pillar algo de café me tropiezo con una de las camareras que iba como loca de un lado para otro, al disculparme se le ilumina la cara.

-¿Sois españoles? Yo soy de Madrid, de ¿De donde sois? - nos dice con entusiasmo

-Me llamo Rafa y soy de Córdoba y mi novia M Carmen es de Badajoz - me presento 

-¡Uy! encantada, me llamo Ana, ¡que alegría encontrar a paisanos por aquí!, pero perdonad no puedo hablar, estoy que no paro, ¡menuda locura! después del desayuno hablo con vosotros - Nos dice con apuro, mientras nos consigue entre la maraña de orientales café, azúcar, y zumo, bienes a estas horas de la mañana muy codiciados.

Con el buen sabor de boca que nos ha dejado este casual encuentro, cogemos mesa, dejamos nuestros cafés (bueno, yo un cola cao), y en ese instante, cuando nos disponemos a coger las viandas nos encontramos con nuestra pareja amiga del día de ayer, Timo y Jaa. Que alegría volver a coincidir con ellos de nuevo tras la divertida noche de ayer. Jaa nos vuelve a recibir con una sonrisa, provocando la complicidad de M Carmen, no así de Timo que esta muy serio, supongo que para él es demasiado temprano. Nos sentamos juntos a la mesa para compartir otro excitantes momentos.

-¿Que pasa? ¿Hoy vais a ir a Nordkapp? - nos pregunta Jaa

-Si, hoy parece que hace mejor tiempo - Le contesta M Carmen con mi ayuda.

-Tu novio un poco loco, ¿no? - afirma Jaa buscando la complicidad de M Carmen, ella no puede evitar aseverar mientras se ríe.

-Para loca ella, que lleva varios días haciendo algo con las manos detrás mía, y no se que es - les contesto a ambas.

-Yo también lo hago. Nosotros las mujeres tenemos una habilidad especial - Dice Jaa, mientras Timo también pone cara de extrañado. Creo que ambos pensamos que demonios será lo que hacen nuestras  acompañantes mientras nosotros pilotamos nuestras motos.

-¡Si! aguantarlos a ellos - con esta frase M Carmen y Jaa se miran acaban por explotar de reír. Definitivamente han hecho buenas migas entre ella y su moral está altísima. Yo estoy contento porque por fin veo a mi novia abrirse a los demás.

-Que pena no poder hablar con Jaa Rafa, ojalá supiera ingles - se lamenta M Carmen. Dicho pesar se lo transmito a nuestra amiga tailandesa, la cual quita hierro al asunto.

-No te preocupes, antes de veros hemos coincidido con unos alemanes muy simpáticos y se han puesto a hablar con mi marido pensando que era alemán y el no tiene ni idea. Pero claro todo el mundo lo ve alto, rubio y piensa que es germano. El se agobia también mucho, pero se las arregla dejándome hablar a mi que me he pasado 5 años trabajando en Alemania y lo hablo perfectamente. Lo importante es tomarselo con buen humor.

Con este buen rollo aprovechamos y nos pegamos el segundo asalto de comida, la gula nos puede y aprovechamos que es gratis. Si en el WIFI nos engañan en la comida desde luego no, casi todo es bastante oriental, pero gracias a Jaa escogemos cosas más acordes con los gustos europeos.

-Nosotros nos vamos hoy, con destino a Hammerfest - Nos dice Timo mientras nos sentamos a la mesa.

-Nosotros nos iremos a Nordkapp y luego hasta Kautokeino, mañana pasaremos a tu país Timo. - le digo a nuestro amigo finés entusiasmado

-Finlandia te encantará, sobre todo si vas por el este del país, esta llenos de lagos preciosos. 

-¿Donde parareis? - me pregunta Timo

-En Rovaniemi, Vitasaari y Helsinki. - le respondo.

-Buenos sitios, me quedo con Finlandia, que es mi ciudad. Si tienes tiempo no dejes de visitar Turku y las islas Aland, entre Suecia y Finlandia. - me recomienda Timo

-Que pena Timo, no podemos desviarnos tanto y más sin GPS - le digo a mi querido finlandés mientras ojeo en el movil para ver donde se sitúan los sitios que ha dicho.

Tras el desayuno opíparo nos despedimos de esta pareja de aventureros, que ha dejado en nosotros una impronta imborrable. Posamos juntos para una foto sin duda inolvidable, lástima que nuestros destinos se separen aquí, porque hubiera sido todo un privilegio conocer Finlandia con ellos. Llega la hora de las despedidas, M Carmen y Jaa se funden en un abrazo enternecedor, que bonito ver la conexión de dos personas a pesar de la frontera del idioma. El saludo entre los hombres es más frío pero igualmente sentido, he descubierto en Timo a una persona abierta y afable, algo alejada de la frialdad que creía en los finlandeses.

Con Timo a Jaa desapareciendo en el horizonte, bajamos a preparar nuestras cosas momento en el cual coincidimos con nuestra camarera española. 

-Hola, perdonad que nos atendiera antes, ¿Qué hacéis por aquí? - Nos pregunta. Entre ambos le contamos a nuestra compatriota los pormenores de nuestra loca aventura por el viejo continente. Se muestra maravillada por nuestra gesta, desde luego, como ella misma nos confiesa tiene bastante mérito cruzar Europa entera en moto. Y sobretodo con el tiempo que, a veces, hemos tenido que sufrir.

-Finlandia, veréis muchos lagos pero como no os paréis a verlos desde la carretera no vais a ver nada de nada. Os vais a hartar de verde - nos aconseja

-¿Que haces entonces aquí Ana?

-Bueno, me vine de Madrid en busca de fortuna por causa de la crisis, y encontré trabajo aquí en el fin del mundo. Ya llevo dos años en este lugar y estoy un poco cansada de tanta noches blancas, mal tiempo, frío... Bueno y en invierno es peor, a partir de las 15:00 oscuridad total. Echo de menos el sol de España, la comida... ¿Sabéis? me voy con vosotros, jajajajajaja.

-Pues vente con nosotros, que esto tiene que ser muy triste hija - dice mi novia de forma espontánea.

-Bueno y ¿Qué piensas hacer Ana? - le pregunto.

-Irme con mi novio Sven, que es sueco. Seguramente nos iremos a México con el dinero que tenemos ahorrado, tendremos más o menos para tres años. - nos cuenta Ana esperanzada.

-¿Sueco?¿En Noruega? - le pregunta M Carmen extrañada por la extraña mezcla.

-Si, los suecos son más amables y bohemios, los noruegos son muy cuadriculados, muy serios. - nos contesta.

-¿Y los finlandeses como son? - le pregunto a Ana

-Esos, son rarísimos, fríos, serios, y un poco borrachos - responde

-Hemos conocido a una pareja de Finlandia y él no era así - le replico

-Ya, y ¿De donde era la pareja? - pregunta ella.

-De Tailandia - Dice M Carmen

-Por eso no era así - sentencia entre las risas cómplices de todos nosotros.

En ese momento, sin previo aviso se incorpora a la conversación y al grupo la persona que vimos en la noche de ayer llegando al hotel a última hora y que me quedé con ganas de conocer. Se llama Jordi y es de Barcelona, aunque esto último ya lo sabía ya que anoche entre la lluvia, pude vislumbrar una pegatina de la bandera catalana.

Que alegría encontrar a otros moteros que hablen castellano! ya estaba harto de hablar en ingles, además no se me da especialmente bien. ¿Como os llamáis?

-Yo me llamo Rafa y esta es mi novia M Carmen, somos de Córdoba y Badajoz, respectivamente y estamos dando la Vuelta a Europa en Moto, venimos desde Tarifa para llegar al punto más al Norte de Europa.

-Que interesante, el año pasado quedé con unos amigos para hacer un viaje hasta Nordkapp, pero después me dejaron tirado, y he decido venir sólo.

-¿Sólo? ¿Te habrás aburrido un montón? - le pregunta ávida de respuesta M Carmen.

-No te creas, he disfrutado de mis momentos místicos sobre la moto. Mi Honda, mi tienda de campaña y yo: Paro donde quiero, acampo donde quiero, me voy cuando quiero y veo lo que quiero. Aunque, he de decir que la compañía de alguien no hubiera estado mal.

-Es otra forma de viajar, en el Camino de Santiago que hice el verano pasado, había mucha gente que iba sola. Con pareja pierdes quizá algo de la silvestre aventura de viajar en moto, pero ganas en seguridad, por ejemplo.

-Si, porque y he tenido que estar siempre pendiente de que hicieras bien los adelantamientos, y es que no miras los retrovisores - me reprocha mi navegante en presencia de esta pequeña reunión de compatriotas. Nuestra amiga Ana observa la conversación con gran interés, y por supuesto, surge cierto pique entre nuestra madrileña y nuestro catalán. Evidentemente, sin que la sangre llegue al río, no podría ser de otra manera, somos compatriotas en país extranjero que se encuentra por casualidad. La lista de motivos para disfrutar de este encuentro es tan larga como los kms que hemos empleado en llegar hasta aquí

-¿Sabes Jordi? nos da mucha alegría verte, porque eres el cuarto motero español que vemos en esta aventura. No se, pensaba encontrar más la verdad - En ese instante a nuestro amigo parece haberle comido la lengua el gato y se cierne sobre nosotros un silencio sepulcral. M Carmen se da cuenta de que quizá nuestra amigo se sienta un pelín incómodo con la reseña a nuestra patria común. Pero él quita hierro al asunto de inmediato

-No te preocupes, encima de la moto somos todos iguales - con esta frase sentencia cualquier atisbo de malentendido entre nosotros. Creo que hay motivos por alegrarse de este encuentro. 

-Jordi, nos vamos a subir a Nordkapp, ¿Te vienes con nosotros? - le pregunto con evidente ganas de que nos acompañe. 

-No gracias, voy a quedarme a desayunar tranquilamente y luego subo, muchas gracias. Nos veremos a la vuelta ¿no?

-Si, vamos a subir en Nordkapp con la moto descargada, así estaremos más livianos. Después vendremos al hotel, lo cargaremos todo y nos marcharemos rumbo a Kautokeino.

-¡Ah perfecto! - me dice. Yo aprovecho la ocasión y le presto a nuestro amigo catalán una ayuda. Le doy el parte meteorológico con la ventana de tiempo que habrá de 10:00 a 11:00, cosa que agradece profusamente. También le cuento la particularidad de la entrada al complejo de Nordkapp, avisándole del precio de la entrada tal y como me contó Timo. Mucho me temo que al igual que nosotros, Jordi pagará una visita testimonial al monumento, pudiendo quedarse dos días en el Fin del Mundo. Es posible, que al igual que yo, piense que la vida del nómada motero exige cambiar diariamente de habitat.

Con la información dada a Jordi, nos despedimos de nuestros nuevos amigos españoles, y nos disponemos a pertecharnos para subir a Nordkapp. Mientras M Carmen y yo nos vestimos, no puedo evitar sentirme profundamente nervioso, por fin, tras 18 días de aventuras y desventuras vamos a llegar al punto más al Norte de Europa, parece que fue ayer cuando salimos del punto más al Sur (Tarifa). Cuando planee esta aventura en mi mente Nordkapp me parecía estar en otra galaxia, y aquí estoy junto con mi novia a punto de conquistar el fin del mundo. Mi novia afronta, sin embargo, este día como una etapa más en la que volveremos a Kautokeino. Ella creo que anda más preocupada del frío y de la lluvia que de la consecución de gesta alguna. Sin embargo, no puede evitar contagiarse de mi entusiasmo. Hoy tras el fallido intento de subida a Nordkapp vamos a intentar coronarlo aprovechando la relativa tranquilidad, que no estabilidad, del tiempo.

Una vez situados en el patio del hotel, me encuentro de nuevo con Timo y Jaa, que están cargando sus pertenencias en la Yamaha Super Teneré. A ellos les sorprende este encuentro porque supongo que creerían que ya nos habíamos ido hacia Nordkapp. A Jaa se le ocurre no dejar pasar la oportunidad de hacernos una foto como recuerdo. 



Gran pareja y grandes aventureros, mientras M Carmen se funde con Jaa en un abrazo, yo le digo a Timo que ya que ha estado en el Punto más al Norte de Europa no puede dejar de visitar con Jaa el punto más al Sur. Con la invitación a Sevilla si alguna vez pisan tierras hispanas, me despido de Timo con un fuerte apretón de manos y con una sensación de alegría por la positividad que desprende esta pareja. Tanto es así que nos pedimos los emails para mantener el contacto tras el viaje.



Arranco mi moto y cuando me dispongo a salir veo que tenemos un escuadrón de motos de BMW, su mayoría ocupando por completo el parking del hotel. Sus pilotos, unos 10 o 12 se encuentran sentados viendo estupefactos como iniciamos nuestros preparativos para iniciar la etapa. Disimuladamente los miro, he de decir que, sin duda, van a tope con los medios técnicos, en cuanto a ropa, cascos, motos, etc. A lo mejor, nos miran porque no se acaban de creer que una moto tan modesta haya llegado hasta el paralelo 71 como ellos. Incluso uno de ellos nos para, llevado por la curiosidad, con la intención de averiguar de donde venimos. Su cara al recibir la respuesta lo dice todo: Alucinante debe de haberle parecido descubrir que unos españoles llevan recorridos más de 7000 kms en pos del Cabo Norte. M Carmen me mete algo de prisa para que iniciemos nuestro viaje, dado que la "ventana de tiempo" está a punto de expirar. Pero mientras hablo con él un recuerdo viene a mi memoria.

-M Carmen, ¿te acuerdas de los dos alemanes con BMW GS vecinos nuestros en Stavanger?

-Si

-Pues son ellos, están aquí con sus colegas, se han reunido en Nordkapp

-¡Anda, que casualidad! - responde ella, pasando el asombro de ellos a nosotros. No es para menos, quién iba a pensar que casi 4000 kms después ibamos a coincidir con estas personas. Además no creía que se acordaran de nosotros, dado el poco tiempo que tuvimos para hablar con ellos. Supongo que el Falco Stradale se ha hecho más famoso a medida que ibamos avanzando en nuestra aventura.

Nuestro estimado vecino, le transmite a su grupo quienes somos, inmediatamente el grupo de moteros se ensalza y nos despide con un sonoro: Gute Reise!!!!!  (Buen viaje)

-Lo hemos conseguido M Carmen

-¿El que?

-El primer club de fans de Euro-Diversion 2013 - le digo por el intercomunicador, intentando aguantar la risa.

Una sonora carcajada común se adueña de nosotros en los primeros metros de nuestra salida del hotel. 










En fin, empieza la ascensión de unos 20 kms, de carretera sorprendentemente bien asfaltada, aunque eso si, llena de curvas. Las cuales sorteamos a la vez que adelantamos a algún atrevido aventurero ciclista. Poco a poco el hotel va quedando atrás en la lejanía, el paisaje se torna frío y desolado, nada tenga más de un palmo de altura se erige en esta inhóspita tundra. A modo de lágrimas surgen pequeñas cascadas, que alimentan a los pequeños ríos que discurren a nuestro lado. 




De nuevo, el silencio más atroz se apodera de nosotros, volviendo a invadirnos esa sensación de profunda soledad que nos ha acompañado en otros tramos de nuestra aventura, aunque ahora con una simbología especial, estamos próximos a llegar al punto más septentrional de nuestro continente. Esta soledad, sin embargo, es rota por la visión casi fantasmal de una Honda CBR de matrícula italiana, cuyo piloto nos saluda, a duras penas por el viento cada vez más presente, cuando le adelantamos. ¿Qué hará una superdeportiva en estos lares? En fin, continuamos nuestro camino, con decidida marcha, bajo la atenta mirada de los curiosos renos que custodian esta especie de "valhalla" perdido en la inmensidad del tiempo.







Con cada km que recorro, con cada curva que describo con mi moto, siento algo muy parecido a lo que sentí cuando completé el Camino de Santiago, con mi amigo Miguel en 2012: un sentimiento de enorme alegría. Supongo que voy siendo consciente de lo mucho que ha costado llegar hasta el Paralelo 71 del mundo. Hace 18 días partimos del Paralelo 36, y hoy M Carmen y yo conseguiremos un hito importante en nuestras vidas, algo grande, algo de lo que, por desgracia, no puede presumir todo el mundo: La consecución de un sueño. 

Un sueño que comenzó a gestarse allá por 2011, cuando me encontraba postrado en una cama a base de calmantes, salvado de milagro, de un accidente de tráfico. Un sueño alimentado por los documentales (Long Way Round y Long Way Down) de Ewan McGregor y Charly Boorman. Un sueño en el que empecé a creer cuando, junto a mi novia, completamos la Ruta de los Descubridores y la Ruta de los Nómadas del Surf. Un sueño que ha tenido innumerables obstáculos en nuestro camino pero que juntos hemos sabido superar. Un sueño que, en definitiva, está a punto de cumplirse.

M Carmen llama mi atención y no para pedirme precaución por las procelosas curvas sobre asfalto húmedo,  no por el viento que comienza a castigarnos, sino porque, al igual que Rodrigo de Triana cree haber divisado tierra. Por desgracia, para ella, es destino y no es nuestro destino, eso que se ve en el horizonte, no es todavía Nordkapp, sino el verdadero punto más al Norte de Europa, el cabo Knivskjellodden, (71º11´08´´ N), situado 1500 metros más al norte, por desgracia para acceder a él hay que pegarse una caminata de 9 kms. Cosa para la cual, no teníamos tiempo.






A la sombra de un cartel azul que anuncia la llegada a Nordkapp, nos disponemos a comprar el ticket de entrada (siempre teniendo en cuenta los consejos de Timo) en el complejo en la taquilla donde nos llevamos una grata sorpresa.






Haciendo caso de las recomendaciones de Mariola, avanzamos por el parking con la "española" intención de volvernos a colar allá donde no es posible, antes de que llegue el aluvión de turistas. Precisamente en el parking encontramos al italiano que habíamos adelantado previamente, se llama Marco y viene desde Milán. M Carmen tiene una breve conversación con él, mientras yo voy intentando averiguarmelas para sacar la moto del perímetro pétreo que rodea el aparcamiento. Cuando lo consigo, llamo a mi novia que se presenta como una centella para montarse en la moto. Respiro hondo, ha llegado la hora de llegar al famoso monumento que tantas veces vi en la pantalla del ordenador, el sueño está a punto de cumplirse.  








¡¡¡LO HEMOS CONSEGUIDO, HEMOS UNIDO EL PUNTO MÁS AL SUR CON EL PUNTO MÁS AL NORTE DE EUROPA!!! HOY 9 DE JULIO DE 2013, A LAS 10:30 HORAS, tras 18 días de aventura hemos pasado de las coordenadas 36º0´06´´ de Tarifa a las de Nordkapp:  71º10´21´´. Norte y Sur unido en el sueño de esta aventura en moto por Europa. Me fundo con M Carmen en un abrazo que se torna eterno. Por un momento, el tiempo se detiene y la Tierra deja de girar. En la cima del mundo no nos olvidamos de todos los que de un modo u otro han hecho posible esta aventura. Toca reflexionar sobre ello y agradecer a todo las personas que han hecho posible que estemos hoy M Carmen y yo en el fin del mundo. Más al Norte sólo nos espera ya el Polo Norte Geográfico y esta enigmática vista. Como si del mismísimo Everest se tratara, no puedo evitar perderme en ese lejanía de cielo y mar fundiendose en una mezcolanza del azul cobalto cielo con el azul eléctrico del frío Mar de Barents.





 
Cuando termino de realizar estos videos una chica se acerca a M Carmen a pedirle un favor.

- Perdona, ¿podrías hacernos unas fotos? - dice ella tímidamente.

- Claro - responde amablemente M Carmen

- Es que la gente no sabe hacer fotos, o te cortan la cabeza, o te cortan los pies o no salen el monumento. Mi novio y yo hemos visto que sabes hacer fotos. - argumenta mientras se coloca con su pareja

Tras las fotos, nos presentamos. Ellos son Elisa y Otto y son de Suiza, de la parte germana, ya que hablán aleman. Muy simpática esta pareja que al despedirnos nos ofrece un poco de culturilla helvética. Resulta que en ese país la gente al despedirse o presentarse se da tres besos, pero lo curioso es que sólo eres merecedor de ello si eres familiar o un amigo. Con nosotros, afortunadamente, hacen una excepción, supongo que en recompensa por las excelentes fotos de M Carmen. Desde luego a Elisa se la ve entusiasmada.




Tras la conquista del fin del mundo toca relajarse y contemplar otros alicientes de este sitio, como por ejemplo, el Monumento de los Niños del Mundo, una serie de piedras en forma de moneda esculpidas en base a diseños de niños de todos los continentes de las Tierra. Hay esculturas de Japón, Rusia, Tasmania, Brasil, Escocia, etc. El viento que sopla entre ellas parece que "habla" en un silencioso clamor de los niños por la paz en el mundo.











Impresionante la estatua del niño y su madre. Por un momento parece que el infante le está señalando a su mama el rumbo al Polo Norte. 

Después del ingente reportaje fotográfico y de video, toca la hora de las despedidas. Al igual que en el Everest, no se puede permanecer mucho tiempo en él tras la conquista de la cima. No por el mal del altura, sino por las bajas temperaturas, el viento y por unas nubes que amenazan con descargar en cualquier momento. Nos disponemos a irnos de este anhelado lugar, con la espinita clavada de observar un atardecer limpio. Al menos nos consolamos con la toma de estas fotos que desde luego, no son poco cosa. 

Además teniendo en cuenta lo que nos contó Ana confirmado por Mariola de que al año no suele haber más de dos o tres atardeceres despejados, hace que nos duela un poco menos el no haber conseguido la ansiada foto del sol de medianoche en el punto más cercano al Polo Norte de Europa. Quien sabe, es posible que ese sea el motivo de la existencia del Centro Turístico. Además de para proporcionar WIFI gratis a los visitantes, para exponer una filmación de 1 hora, creo, con el tránsito del astro rey por el horizonte de este lugar. Nosotros, por si acaso, tenemos una postal que compramos en Bergen, una espartana solución, pero sin duda más barata que pagar 100 KR más por ver un video. 







A pesar de todo, nosotros nos vamos muy contentos con la experiencia, el ansiado Nordkapp no me ha decepcionado para nada y M Carmen, parece que tampoco, la veo con mucha ilusión. Nos ha impactado la belleza salvaje de este lugar. Sólo lamento no poder viajar más al Norte, a partir de aquí la cuenta de nuestra aventura es regresiva. Hemos llegado al ecuador y comienza la cuenta atrás para el termino de nuestro viaje. Al menos para alivio M Carmen, será señal de que, poco a poco iremos viajando a zonas más cálidas y confortables. Espero no equivocarme, pero parece que este viaje ha hecho surgir en mi novia un amor más grande aún si cabe, por los viajes en moto, la veo muy diferente a como empezamos el viaje. La incredulidad y escepticismo del inicio ha dado paso a la seguridad e ilusión en completar esta locura de dar la Vuelta a Europa en Moto.

Bajamos de Nordkapp, sobre el mediodía bajo la vigilancia de algunos renos, que se aventuran a coquetear con el borde de la carretera, aquí en la tundra noruega. Llegamos al hotel con más velocidad de la que recuerdo y de la que marcaba la moto, allí nos encontramos a Jordi, de nuevo, que se disponía a arrancar su moto y a subir a Nordkapp, aprovecho mientras M Carmen trae las alforjas para hacerme una foto con nuestro amigo catalán. 




Nos despedimos y nos deseamos suerte para el regreso a España. Grato también el encuentro con este motero, que nos ha enseñado que los estereotipos siempre hay que ponerlos en cuarentena, ya que son sólo eso, verdades a medias y no generales. Sobre la moto todos somos iguales y esa es una gran verdad, ojalá más gente tomara esta frase como su lema en la vida. Tras la sentida despedida con Jordi, bajamos al pueblo de Honningsvag para repostar nuestra moto y afrontar con garantías el resto de nuestro etapa. Sin embargo, al llegar al lugar se nos quitan las ganas por completo, nada más y nada menos que 2,45€/litro. Sin duda el precio más alto en lo que llevamos de aventura, casi tan cara como la leche en este país. Decido entonces, saltarme una nueva regla de esta aventura "llenar siempre el depósito" y sólo echo 3 litros, por los que pago unos 8€ al cambio. Lo hago con tal cabreo que casi me da ganas de atracar el local ayudado por este inesperado visitante.





Antes de salir de esta localidad costera M Carmen me apunta que es una verdadera pena haber estado aquí y no llevarse ningún recuerdo para nosotros. Siempre tan ocupados en llevar un detalle a nuestras familias nos ha hecho olvidar que somos nosotros los protagonistas de esta aventura y que no esta mal llevarse un souvenir del fin del mundo. Afortunadamente ya hay alguna tienda abierta, en la zona comercial del puerto, bastante modesta la verdad. Al parar, comienza a chispear, así que sin más dilación dejamos nuestra moto y pertenencias y nos metemos en una simpática tienda, la cual se encuentra custodiada por un troll (muy típicos en la cultura nórdica) y un perro de bronce. Con semejantes guardianes no creo que nadie se atreva a robar la verdad.







Una vez dentro de la tienda, y tras mucho pensar para llevar algo lo suficientemente pequeño, pero a la vez resistente para acompañarnos en nuestro viaje. Mi novia compra un dedal para su madre (que hace colección) y yo un cubo de cristal con el monumento de Nordkapp impreso en 3D en su interior, también nos da tiempo a comprar una pegatina de Nordkapp y dos parches para coser a nuestra cazadoras como testimonio de nuestra conquista. Al terminar este minirepostaje y la compra de recuerdos de Nordkapp en Honningsvag, que creo nos ha demorado algo, abandonamos la ciudad sin remedio rumbo hacia el sur, cogiendo la E-69.





Volvemos a bordear los fiordos y costas de Finnmark, esta vez con menos impresión, ya que no esta lloviendo. Dicha circunstancia, nos permite disfrutar algo más de la belleza indómita de este lugar. La pizarra gris monopoliza el paisaje, rivalizando en monotonía y belleza con el azul del infinito mar que se yergue a nuestra izquierda. Aprovechando un poco, la eterna soledad de esta etapa, decido parar brevemente para rendir mi tributo a esta aventura. Cogo varios trozos de pizarra negra como el carbón que está al borde de la carretera y monto un pequeño monolito, en recuerdo de todos los que se han aventurado por estas tierras y pidiendo para un feliz regreso a casa. Antes de terminar pierdo mi mirada en la lejanía, respiro hondo y cojo un pedacito de este lugar tan mágico como recuerdo. M Carmen, observa la escena atónita, creo que le ha sorprendido tanto que no articula palabra. Ni siquiera cuando me monto en la moto inicia una conversación, tan sólo se limita a volver al mágico silencio de estas latitudes para admirar la belleza de Noruega. Sinceramente creo que le debemos mucho a este país, sobretodo el saber nos ha enseñado a apreciar las pequeñas cosas. Además también nos ha ilustrado en que a veces las cosas más bonitas de la vida, jamás son dichas, tan sólo sentidas en un leve susurro. El susurro de los vientos nórdicos, de la lluvia, del motor de nuestra moto que se pierde en las infinitas curvas de Finnmark.

Tanto tardamos en salir de Honningsvag que a escasos 5 o 10 kms volvemos a encontrarnos con nuestro amigo Jordi en una curva amplia, parado, pero según veo por sus gestos sin problemas mecánicos. 





Desde luego, el destino o alguna fuerza sobrenatural se resiste a que nos vayamos de aquí.

- ¿Qué hacéis aquí? - pregunta Jordi sorprendido

- Nos hemos quedado un momento a Honningsvag a hacer unas compras, ¿Y tú? - le respondo

- Haciendo unas fotos para mi blog - responde el catalán. No dejo pasar la oportunidad de darle la dirección web del nuestro, donde relataremos nuestra aventura: www.falcostradale.,com

- Por cierto, gracias Rafa por la información sobre el Complejo de Nordkapp, me has ahorrado un dinero, ¿Que ocurre que no quereis iros de aquí? - pregunta

- De nada, Jordi, para eso estamos los moteros. Pues no, no me quiero ir - le digo, aunque M Carmen responde afirmativamente. - Aquí hace mucho frío Jordi, echo de menos mi Extremadura.

- Ja,ja,ja,ja. Buen viaje, seguro que nos encontramos en Barcelona

- Pues con las veces que nos hemos visto en un día seguro, aquí te dejo mi email, escribe cuando llegues a tu destino. 

- Tened cuidado pareja- se despide afectuosamente

El camino hasta Kautokeino por la E-69, me está resulta familiar, lógico, ya que la etapa de hoy es básicamente desandar el camino andado, a través de la costa y de la tundra noruega para llegar al día de partida de nuestra etapa anterior. Como si de una especie de día de la marmota se tratase, casi llegamos a la hora de comer a Alta, otra vez. 



Población de infame recuerdo por el incidente que tuvimos con nuestra moto gratamente salvado por la "Politi" (Policía) noruega y que nos hizo retrasarnos tanto ayer. Sabiendo el terreno que pisábamos decidimos comer en el mismo merendero-hytter del pasado día, ya que comienza a chispear. Desafortunadamente, no contamos con pan, así que nos adentramos en el pueblo para comprarlo. Por supuesto, teniendo mucho cuidado de donde la dejamos ante conductores despistados. 

Precisamente, cuando giramos a mano izquierda para entrar al supermercado, observo una Yamaha Super Teneré plateada con una pareja a bordo: él muy alto, el pasajero muy bajito, ambos pertrechados con su traje de agua rojo. De pronto el pasajero o mejor dicho pasajera (por su casco rosa) se alza la visera: ¡¡Son Timo y Jaa, Vaya sorpresa!!!



-¿Que haceis por aquí? - le pregunto

-Han cerrado la carretera por un accidente y no podemos ir a las Islas Lofoten - dice Jaa con cierta pena

-Vamos a buscar alojamiento en Alta para pasar la noche y mañana continuar hasta allí - completa su pareja.

-¿Teníais reserva? - pregunta M Carmen con mi asistencia.

-No - replica Jaa - nosotros cuando nos cansamos entramos en el primer pueblo que vemos y preguntamos si tienen habitaciones.

-Finlandeses estáis locos y tailandeses más - replico con aire burlón. Todos se ríen sin paliativos, incluso Timo, al que creía más serio.

-¿Vosotros donde vais? - pregunta Timo.

-Nosotros continuamos hasta Kautokeino, a Finlandia iremos mañana. - les respondo

-Buen viaje, nos habéis caído muy bien - dice Jaa

-Buen viaje, igualmente - se despide M Carmen con una sonrisa en la cara. 

Esta segunda despedida, siempre triste, se torna algo más feliz que la primera, quizá porque el destino ha tenido a bien volvernos a encontrar, aunque de forma breve. Y eso siempre es digno de celebrar, cosa que hacemos y comentamos durante la comida en nuestro merendero cubierto de las fuerzas de la naturaleza 
que amenazan con descargar su furia.

Tras la comida, nos ponemos en marcha, tentando la suerte de nuevo, ya que hemos completado los 240 kms que separan Nordkapp de Alta sin apenas repostar, y decido hacerlo en la gasolinera del incidente. Afortunadamente, ahora no hubo ninguna novedad. 

El escaso camino hasta Kautokeino, transcurre por entero monopolizado por la intensa experiencia vivida, parecida salvando las distancias, a la conquista de un gran pico del Himalaya. Comentábamos todos esos momentos de gran emoción y que permanecerán imborrables en nuestra memoria por siempre. También hay hueco en nuestros pensamientos para Timo y Jaa, por supuesto, o para Jordi. No nos olvidamos de los tres moteros españoles, a los que perdimos la pista cerca de Honningsvag así como de la delegación española en esas tierras. Incluso en el fin del mundo hemos encontrado la sonrisa complice de dos compatriotas como Ana y Mariola que vinieron a Noruega en busca de fortuna lo que les ha brindado la oportunidad de labrarse un futuro y de compartir con la gente que llega hasta aquí la esencia de su aventura. Ha sido todo tan intenso que parece mentira que hayamos estado allí hará tan sólo unas horas, lo mucho que tardamos en planear llegar y lo poco que hemos estado. Con ese constante pesar en mi pensamiento, no puedo evitar el arrebato de volver a Nordkapp.

-M Carmen, y ¿Si nos volvemos a Nordkapp? - le pregunto de forma retórica a mi novia, dentro de mi se su respuesta, la respuesta de la conciencia o de la coherencia de mi navegante.

-Rafa, déjate de tonterías, tenemos que continuar con nuestra aventura.

-¿Próximo destino? - le pregunto a ella. Cuestión esta la que le formulo que ha sido una constante al iniciar cada una de las etapas de nuestra aventura. 

-Kautokeino - dice ella con desmedido entusiasmo

Llegamos a Kautokeino, con la sensación de haber vivido un sueño, del que despertamos justo al llegar al camping. Parece como si no nos hubiéramos marchado, tanto es así que ocupamos exactamente el mismo hytter del día anterior, tampoco han cambiado los huéspedes del camping, las caravanas siguen en su sitio, la recepcionista, en definitiva, todo sigue igual, nada ha cambiado, excepto nosotros. Ya no somos los mismos, hemos vivido intensas experiencias que nos han hecho crecer como personas. Poco a poco nos vamos creyendo que la consecución de nuestra aventura es posible, y además que no habrá obstáculo suficientemente alto para superar si estamos los dos juntos.  

El cielo se ha aliado conmigo para resistirme a dar por concluido el día, pero aunque no se ponga el sol, es hora de descansar y de pensar en la próxima etapa. En ella, cruzaremos a un nuevo país, Finlandia, para estar allí durante tres días. Por si fuera poca la emoción de la etapa de hoy, mañana visitaremos nada más y nada menos que Rovaniemi, para conocer a Santa Claus y entregarle las cartas de los niños de SOS Aldeas Infantiles de Madrid y la de nuestros sobrinos. Su ilusión y la nuestra por conocerle es el combustible de aventuras y peripecias como está. Es la energía para seguir adelante en la vida para mejorar, para superarse y para inspirar a los que vienen detrás tuya.  

Si alguna vez vais a Nordkapp sabed que por esas carreteras del Fin del Mundo dos locos aventureros a bordo del Falco Stradale cumplieron su sueño.























































































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