Síguenos en facebook

Mostrando entradas con la etiqueta La vuelta a Europa en moto. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta La vuelta a Europa en moto. Mostrar todas las entradas

miércoles, 27 de enero de 2016

CAPÍTULO 33: NO DIGA TREINTA Y TRES, DIGA NAUDERS

ETAPA 33: NAUDERS


Vistas desde nuestra habitación en Haus Arnika
Comenzamos la 33ª etapa de Euro-Diversion 2015 y por prescipción "medica" hemos decidido tomarnos un merecido descanso, que buena falta nos hacía. Bien es cierto, que ya nos tomamos un descanso recientemente en Eslovenia, pero sinceramente, después de 13 horas de etapa y más de 30 días de aventura, es necesario reponer fuerzas para darle el último arreón a esta aventura de dar La Vuelta a Europa en Moto.
Por primera vez, en Euro-Diversion 2013 nos levantamos sin madrugar demasiado, con tranquilidad, la misma que nos faltó anoche, cuando llegamos Nauders con la luna llena como testigo. Ahora que ha amanecido las cosas se ven de otra manera, ya no parece un pueblo tan tenebroso y Nauders se revela como un bello pueblo de montaña a los pies de los Alpes. Bajamos la escalera y allí está Edda esperándonos con una amplia sonrisa.

- Buenos dias, venid, venid a desayunar - nos dice con entusiasmo
- Un momento, Edda, según la reserva no tenemos el desayuno incluído - le digo a nuestra anfitriona.
- Tonterias, yo siempre invito a todos mis clientes, pasad y poneos cómodos. Os voy a poner un buen desayuno del tirol - nos dice una Edda sonriente.

Nosotros, quizás imbuidos por un hambre acuciante hacemos caso a nuestra querida anfitriona. Para deleitarnos la espera tenemos el noticiario matinal (en aleman) y una serie de entrantes o complementos al desayuno, como queso, embutido, yogurt, mermelada, mantequilla, paté, etc. Practicamente cualquier cosa que fuera necesaria para un completísimo desayuno, a excepción, curiosamente de la típica bratwurst alemana. A continuación llega Edda con una cesta de piezas de pan recien horneado, al instante vuelve con una jarra de café caliente, leche y otra de zumo  para completar el desayuno. En un momento, nos encontramos con una mesa plenamente surtida, sin duda, este es el mejor desayuno que haya tenido el gusto de probar. Edda se marcha, y nosotros aprovechamos la ocasión para desayunar, sin prisar, disfrutando del momento, mientras saboreamos el sabroso y opulento desayuno que nos han preparado con tanto mimo y esmero. De pronto vuelve Edda con una jarra de agua caliente, por si queremos té.

- ¿Qué os parece el desayuno? - pregunta Edda
- Excelente, nunca habíamos probado un desayuno tan bueno, muchas gracias - le digo mientras M Carmen hace con la mano gestos de aprobación
- ¿Quereis huevos? - pregunta ella. En ese momento, me quedo en blanco, porque por primera vez no comprendo lo que me está diciendo nuestra amiga. Ella se da cuenta y contraataca con el lenguaje de los signos.
-Huevos, ¿Sabeis lo que son? cock, cock, cock, cock, - cacarea mientras hace gestos intentando imitar a una gallina. Por supuesto, M Carmen y yo nos reimos con ella de la graciosa anecdota. Tras las risas le digo que no hace falta que nos prepara huevos de ninguna clase. Edda se retira y nosotros continuamos con el desayuno tranquilamente, a la luz de lo que parece que va a ser un precioso día.
Acabado el desayuno, nos vamos a nuestra habitación a tumbarnos en la cama y reposar la comida, en ese preciso instante M Carmen y yo nos miramos.

- ¿Vamos a estar todo el día en la cama? - pregunta M Carmen
- ¿No habías dicho que querías descansar? - le replico.
- Si, pero me apetece ver este pueblo, con el tiempo tan bueno que hace seguro que podemos hacer algo. Vamos a dar una vuelta, ¿no?

Supongo que estamos impregnados del espíritu del aventurero hasta los huesos. El anhelo indomito, de aquel que siempre está ávido de descubrir cosas nuevas. Por eso, tras unos minutos de charla, hacemos una mochila ligera con: cámara de fotos, agua y algún mapa, y nos ponemos manos a la obra con la clara intención de descubrir Nauders. Y, ¿A quien preguntaremos? Pues lógico, a nuestra querida Edda.
Al salir de la vivienda la encontramos limpiando una Renault Espace. Cada vez queda más claro que esta mujer tiene un ala de su propia casa para hospedaje y en la otra vive con su familia.

- Si quereis podeis dejar la moto dentro del garaje, para que no duerma fuera - nos dice en la lejanía mientras sostiene una manguera.
- Gracias, Edda. Queremos dar una vuelta por Nauders, ¿hay algún sitio que nos recomiendas?
- Si, claro teneis mucho sitios. Dadme un momento y os doy un mapa.
Mientras aparece hacemos alguna que otra foto de los alrededores al Haus Arnika y del increíble entorno natural que nos rodea.

Al poco aparece Edda con algunas propuestas, así que nuevamente como ha pasado en otras etapas de Euro-Diversion 2013 volvemos a tener la agenda llena de cosas que hacer. Esta claro que jamás aprenderemos la lección.
En teleférico
Siguiendo los consejos de nuestra anfitriona dejamos la Haus Arnika, compramos alguna vianda en un supermercado cercano y salimos del pueblo ascendiendo a pie hasta la estación del teleférico. Allí y por un módico precio de unos 8 euros subimos a 2500 metros, ahorrandonos cerca de 8 kms de caminata a pleno sol. Al llegar a la estación superior vemos una especie de parque, un restaurante y bastos prados verdes que se extienden allá donde miro, todo ello al abrigo de los Alpes. A pesar de la altura, apenas sentimos frío, pero si un acuciante sol que, orgulloso, nos castiga con sus rayos. Antes de partir a la aventura, el primer requisito es averiguar cuando parte de regreso el último teleférico. Tenemos hasta las 16:00, tiempo más que de sobra para dar una vuelta por aqui y volver a Nauders para almorzar o mejor dicho merendar. Después de entablar "relaciones" con unas tranquilas vacas austriacas y de disfrutar de las vistas, nos decidimos a aventurarnos en busca de ese lago glaciar.




En la cascada
Comenzamos por una senda que nos lleva una pequeña cascada de la cual brota un arroyo, todo a nuestro alrededor es verde y silvestre, un autentico baño de naturaleza que nos impacta sobremanera. La nota negativa de esta jornada de trekking es que los caminos no estan muy bien señalizadas, razón por la cual en varias ocasiones tenemos que hacer un alto en el camino para mirar en el mapa que Edda nos ha dado. Vemos como nos sobrepasa con ritmo decidido una pareja que va subiendo una pequeña loma en dirección norte y decididemos seguirles. Cuando llegamos a su altura le pregunto si vamos en la dirección correcta hacia el lago glaciar. El amable hombre me contesta que debo seguir este camino sin desviarme durante dos horas.

- ¡Dos horas, Rafa! a ver si no nos va a dar tiempo a llegar - me advierte mi novia

Instantáneamente, aumento mi ritmo de paso para intentar hacer el trayecto en el menor tiempo posible, al menos ya sabemos la dirección que debemos de tomar, supongo que no daremos tantos palos de ciego. El camino hasta el lago transcurre con tranquilidad y con mejores señalizaciones de la ruta, M Carmen y yo charlamos de la increíble diferencia entre Nauders y Venecia. Sin duda, son dos poblaciones que difieren entre sí como la noche y el día, nosotros desde luego, nos quedamos con el bello y tranquilo pueblo austriaco. Aquí no tienes que pelearte con nadie para hacer una foto, ni guardar cola para nada, aqui todo es sosiego y calma. A pesar de que no estamos parando desde que inicio el día, siento que estas actividades sin la presión del tiempo nos van a gustar y nos van a enseñar a valorar más lo que hasta ahora hemos conseguido en Euro-Diversion 2013.
Llegada al lago glaciar
En poco más de una hora y tras sortear algunos arroyos en el camino hemos llegado al lago, de frías y cristalinas aguas. Al final hemos tardado menos de lo que vaticino nuestro amigo, llegando justo, justo para la hora de comer. M Carmen extiende la versátil toalla de fibra y ambos nos sentamos para disfrutar de un picnic a más de 2500 metros de altura. Saca unos refrescos y unos bocadillos con algo de embutido, un humilde almuerzo que, sin embargo, es majestuoso en cuanto a la ubicación y las vistas. Mientras comemos un silencio de admiración se hace entre nosotros, solo interrumpido por una suave y fresca brisa que acaricia nuestra cara. Sinceramente, si el desayuno en Nauders ha sido de los mejores en la aventura, el almuerzo no le va a la zaga. ¿Quien puede decir que ha comido, absolutamente sólo, en los Alpes con estas vistas? sencillamente maravilloso.

- Sinceramente M Carmen, ¿has comido alguna vez en un lugar más bonito que este?
- No, Rafa, esto es fantástico, precioso, ha merecido la pena la caminata para llegar hasta aquí - responde ella entusiasmada.




Bajando a Nauders
Tras el almuerzo deshacemos el camino andando con bastante celeridad, tenemos tiempo de sobra, pero preferimos llegar con tiempo suficiente para coger el último teleférico a Nauders que sale a las 16:00. A las 15:30 llegamos a la estación y la suerte, hace que surja la posibilidad de coger un teleférico de bajada, así que no dejamos pasar la ocasión de adelantar nuestro regreso a Nauders, ¿Quien sabe? a lo mejor esos 30 minutos nos hace falta.

Bajamos hasta la Haus Arnika para coger nuestra moto y poner rumbo al Lago de Resia y de San Valentín ya en tierras italianas, que según Edda son de gran belleza. Cruzamos pues, en apenas 5 minutos, la frontera austriaca para pasar a Italia de nuevo casi sin darnos cuenta. A orillas de dicho lago, se encuentra una cosa que en realidad es una cafetería, así que M Carmen que llevaba mucho tiempo sin tomarse un café decide que es una buena oportunidad para descansar y hacer un reconfortante alto en el camino, total no tenemos prisa. El lago, por supuesto, nos ofrece unas vistas impresionantes de una agua azul turquesa como nunca antes había visto.

Cafeteria a las orillas del Lago de Resia
Sin agobios, y tras tomar el café, volvemos a coger nuestro Falco Stradale para subir a una colina con nuestra moto. Según nos ha dicho Edda, debemos dejar la moto en un campo de fútbol que se encuentra allí. Desde ese lugar, hay que hacer una caminata hasta una línea de defensas antitanques que puso Mussolini durante la II Guerra Mundial. Todo ello para evitar la invasión de Italia por parte de los aliados por el norte de su país.

Llegar hasta el campo de fútbol es relativamente fácil incluso para mi torpe forma de orientarme. De todas nuestras evoluciones sigue pendiente mi navegante con su móvil, por si acaso nos perdemos. Una vez, parada la moto, continuamos a pie subiendo el monte en busca de las famosas defensas antitanques que Mussolini mando construir en 1940. La marcha discurre por un estrecho sendero de piedra gris, nada que ver con la vistosidad en los paisajes de esta mañana, este camino, al menos por ahora se ve que tiene que ser el camino de servicio de alguna finca del lugar. Además el terreno esta empezando a hacerse agreste dificultando nuestro avance, al menos las indicaciones nos van indicando que estamos siguiendo el rumbo correcto. Por el camino nos encontramos con dos parejas de italianos que desciende de la montaña

- Oigan, por aqui se va a las defensas antitanque que puso Mussolini? - les pregunto mientra pasan a nuestro lado de vuelta a casa.
- Si - responden los cuatro al unísono
- ¿Falta mucho? - pregunto ansioso por ver ese testigo mudo de la II Guerra Mundial
- No, aproximadamente media hora de camino
- Grazie, ciao - respondo en un perfecto italiano. En eso M Carmen se pone a mi lado y me dice:
- Rafa, hacia mucho tiempo que no te escuchaba hablar en italiano, que bien lo hablas, pareces uno de ellos- me dice asombrada por mi nivel de desenvolverme en estos lares.
- Gracias, ya tenia ganas de llegar a Italia para cambiar de idioma, jejeje- sonrio picaramente mientras continuamos nuestro avance hacia las defensas.

Los minutos, los metros y las curvas van pasando sin ver señal alguna que nos indique si hemos llegado ya a nuestro destino o si por el contrario nos queda mucho para arrivar al lugar. Lo que si hemos conseguido, casi sin darnos cuenta, es cruzar de nuevo la frontera, esta vez cruzamos de Italia a Austria, según me confirma M Carmen con su GPS. - ¿Se puede saber cuantas veces vamos a cruzar la frontera entre Austria e Italia? - pienso.
A punto de cruzar la frontera italiana


La curiosidad, da paso a la incertidumbre por saber exactamente donde estamos y cuanto nos queda para llegar a esas dichosas defensas.

- Menos mal que Italia la invadieron por el sur, si llega a ser por el norte, todavía estaría los aliados intentando entrar a Italia por aquí, pues si que esta lejos. Estos italianos me han tomado el pelo - piensa M Carmen en voz alta. En ese instante, veo un cartel que pone (en italiano) que para las defensas italianas de Mussolini quedan dos horas de camino. Nada que ver con lo que nos dirigieron esa gente.

- Dos horas todavía, pero si es lo que llevamos más o menos andado, y decían los italianos que era sólo media hora de camino. ¡¡¡Serán cabrones!!! - exclama M Carmen.
- Pues si, menudos cabrones, nos han tomado el pelo por completo - respondo profundamente resignado a mi suerte.
- ¿Que hacemos? - pregunta M Carmen
- Vamos a continuar a ver si podemos llegar un poco antes de esas dos horas - respondo
Nuevamente, nos ponemos en marcha, con la moral algo tocada pero con la firme esperanza de completar este hito en la aventura. Sin embargo, la montaña nos lo quiere poner difícil, el camino empieza a estrecharse tanto que M Carmen y yo tenemos que ir uno detrás de otro, las piedrecillas resbalan un montón, hay muchas curvas y no se para de ascender. Para colmo de males no vemos ningún signo de civilización, ni señal adicional que nos aliente y de paso informe de lo que queda para llegar a nuestro destino.

- Rafa, llevamos más de una hora andando y no hay ninguna señal que nos indique lo que falta para llegar a las defensas. Y todo este camino hay que deshacerlo, las casi dos horas de aquí más el tiempo que usamos hasta encontrar la señal. Eso se acerca a las cuatro horas. Deberíamos volver.

Tras unos segundos de reflexión

- M Carmen, regresamos a casa
- Menos mal que has entrado en razón - me dice aliviada
- Tienes toda la razón, vamos a tardar mucho en llegar, más luego el tiempo que invertiremos en volver a la moto. Se está haciendo de noche y no estamos equipados ni con ropa de abrigo, ni con agua y comida suficiente. Además nadie sabe que estamos aquí y no tenemos cobertura de móvil - sentencio
- Mejor volvamos a casa, no estamos preparados para quedarnos tirados aquí. Imagínate que uno de los dos se lesiona ¿Entonces?Además está empezando a oscurecer
- Ya, tienes toda la razón M Carmen.

Reemprendemos el camino de vuelta con un claro sentimiento de decepción y derrota al no haber podido llegar a la dichosas defensas antitanques. Pero creo que el objetivo de nuestra aventura no es llegar hasta allí, sino completar la Vuelta a Europa en moto y eso podría ponerse en peligro de continuar por ese sendero cada vez más sombrío. Puede que hayamos perdido esta batalla contra el destino, pero en lo que va de aventura hemos tenido más satisfacciones que decepciones, más victorias que derrotas. Hemos llegado donde nadie esperaba que fuéramos hacerlo con esta moto y estos medios, sería muy anormal pensar que todo nos iba a salir bien. En una aventura como esta siempre surgen contratiempos e inconvenientes, pero a pesar de los pesares, siempre hemos salido airosos de un sinfín de avatares del destino, que habrían puesto en jaque al más osado. Por lo tanto, hay que estar orgulloso de lo conseguido en Euro-Diversion 2013, que no es poco. Así que damos media vuelta, volvemos a Italia, y deshacemos el camino andado a un ritmo de trote, sin duda tenemos prisa de salir de aquí, pero creo que hay ganas también de pillar a esos listilllos italianos.
Lago de San Valentin
Llegamos a la moto, pero le digo a M Carmen que me espere en un repecho ladera abajo, no es cuestión de montarse en una moto aparcada casi cuesta abajo. Aunque he descendido muchas cuestas en mi vida, esta de apenas 50 metros me tiene muy nervioso. El suelo es terroso y lleno de pequeñas piedras que pueden hacer caer al Falco Stradale, así que hay que proceder con cautela máxima, desde luego he tenido buena idea al decirle a M Carmen que me espere en lugar más seguro, con dos personas la moto es más difícil de maniobrar. Nos montamos y ponemos rumbo de nuevo a Nauders en Austria. Cuando llegamos a la carretera principal, observo un cartel marrón con una flor, muy parecido a los que vimos por doquier en Noruega. Según la señalización no estamos muy lejos de una atracción turística, la cual se encuentra a nuestra derecha.

- ¿Te parece que vayamos para allá?
- ¡Venga vamos! - exclama ella
A los cinco kms llegamos a una pequeña playa del Lago de Resia donde observamos una inquietante imagen:
- M Carmen, ¿Has visto en tu vida algo semejante?
- Nunca  - exclama boquiabierta.
Ambos nos quedamos con la boca abierta un campanario sumergido en el lago, pero ¿Cual es su historia? Menos mal que en la zona se encontraba una familia italiana (no como los de antes) que me explican en italiano la singularidad de este lugar del norte de Italia.

Antaño, en el lugar existían dos grandes lagos naturales, el lago de Resia y el lago de Curon, pero en 1940 se decidió crear un único lago artificial de gran tamaño que los uniera. El resultado originó al llamado lago de Resia, también conocido como el “lago del medio”. Sin embargo, lo realmente fascinante de la historia es que… ¡el nuevo lago fue creado sobre el antiguo pueblo de Graun!
Iglesia de Santa Caterina
Efectivamente, en las aguas del Resia hay algo más que un tímido campanario que sobresale a la superficie. Cuando se unieron estos dos lagos para crear uno de mayor tamaño se destruyó el pueblo de Graun. Todas sus casas, que sumaban más de una centena, así como sus cientos de hectáreas de superficie que empleaban los habitantes para cultivar, fueron destruidas y sumergidas bajo el agua. El único edificio que se libró parcialmente del nuevo y gran lago fue el campanario de la iglesia de Santa Caterina, que, al ser la construcción más alta del municipio, se mantuvo visible sobre las aguas. Por ello, este campanario procedente del siglo XIV se alza sobre las gélidas aguas del Resia, originando una imagen insólita y extraordinaria.

El desaparecido pueblo de Graun fue de nuevo construido con el nombre de Curon Venosta, aunque esta vez a varios kilómetros de distancia del lago. En la actualidad es un bonito pueblo que goza de las increíbles vistas de uno de los lagos más grandes de la región.

Tras despedirnos de la amable familia nosotros también hacemos una visita a este pequeño pueblo errante de 2300 habitantes. Después de la visita y sin más motivos para explorar más, creo que hoy han sido más que suficientes, emprendemos, ahora si, el camino de regreso a Austria. Llegamos al Haus Arnika a una hora normal de la media tarde, lindando con la hora de cenar, subimos a nuestra habitación y nos aseamos para salir a cenar tomándonos, por supuesto nuestro tiempo. Encontramos a Edda y le agradecemos los consejos que nos ha dado. Ella siempre responde con una sonrisa que quita las penas a cualquiera por su positividad, también aprovecho para contarle nuestra particular aventura en busca de las defensas antitanques de Mussolini.

- Bueno, no pasa nada, mañana volvéis a ver a Mussolini, no se va mover de allí- dice mientras rie
- No, no mañana ya nos vamos, tenemos que regresar a España, pero encantado me quedaba aquí una semana - dice M Carmen con mi ayuda como traductor.
- Edda ¿sabes de algún lugar para cenar?
- Si- responde ella- el restaurante que hay enfrente es muy bueno, no esta mal de precio y la comida es buena, no os decepcionará. No sirvo cenas en mi Haus porque si no les robo clientes - nos confiesa con un gran sentido del humor.
- Muchas gracias Edda - nos despedimos ambos al unísono.

Al llegar al restaurante M Carmen y yo nos encontramos con un salón totalmente vacío de comensales. Cuando empezamos a preguntarnos si la recomendación de Edda ha sido la más acertada, aparece un chico joven, calvo a lo Yul Brynner de penetrante mirada que nos invita a sentarnos a la mesa, su nombre es Laszlo y será nuestra camarero. Como nos ve indecisos a la hora de decidir plato nos propone una serie de platos típicos de la cocina de su país: Hungría. Por supuesto no podía faltar el archifamoso Gulash de carne. De hecho el plato es originario de tierras magiares aunque luego, otros países han hecho su adaptación propia. En correcto italiano se lo pido y además con algo italiano para M Carmen: unos raviolli a la carbonara. Pero antes, como entrante, un sencillo pero sabroso pan de ajo.

- Probadlo, os encantará, los de otros países son copias, el auténtico Gulash es de Hungría - nos dice Laszlo con entusiasmo. Mientras comemos y comentamos las vicisitudes de la jornada, Laszlo se acerca y, además de preguntarnos si nos gusta la comida nos da una postal para que se la enviemos a algún familiar o amigos como recuerdo de nuestra estancia en Nauders. Bonito y amable detalle que M Carmen y yo agradecemos.

- Bueno Rafa, ¿A quién se la mandamos? tenemos tantos candidatos - dice mi novia
- Sólo se me ocurre una persona: Mi cuñado David, es un amante de ciclismo y sin duda una región como esta le encantaría para recorrerla en bicicleta. 

Dicho y hecho, escribimos su dirección una pequeña dedicatoria, y a continuación se la damos a Laszlo para que la remita a España mañana. Sin duda, una manera original y bonita de terminar una cena y una jornada que en principio iba a ser tranquila y de relax, pero que al final se ha convertido en una serie de miniaventuras a caballo entre Italia y Austria, en busca de tesoros de la historia más reciente. Honestamente, creo que el objetivo fundamental de este día se ha cumplido:  Descansar y tomar fuerzas para el resto del viaje. Aquí, en Nauders, un pequeño pueblo del tirol austriaco, hemos encontrado la ansiada paz para nuestro espíritu.  Mañana volveremos a Italia, e iremos a Milán. Pero antes haremos uno de los Desafíos más emocionantes de Euro-Diversion 2013: Hacer el Paso del Stelio en moto. Subiremos un puerto de montaña de 24 kms con 46 de las curvas más emocionantes del mundo. ¿Seremos capaces de conseguirlo?
A pesar de que quedan menos de una semana de aventura todavía nos queda un largo periplo hasta Sevilla, con, espero, muchas sorpresas. Para seguir con aquello que más nos gusta de Euro-Diversion 2013: DESCUBRIR.

martes, 9 de diciembre de 2014

CAPÍTULO 20: ¿DONDE ESTA JOULUPUKKI?

ETAPA 20: KAUTOKEINO-ROVANIEMI 



Distancia total ruta:  522 kms

Tiempo total:   6 horas 35 minutos

Ciudades visitadas:   3

Paradas:  4

Consumo medio:   3,75 l/100    


Comienza un nuevo día en Euro-Diversion 2013, tras la conquista del día anterior, hoy parece que nos hemos levantado con la resaca de un sueño cumplido. Casi sin creérnoslo hemos llegado al punto más al Norte de Europa, y aunque estamos a más de 300 kms de allí, todavía nos sentimos en la cima del fin del mundo. Por desgracia, es hora de despertar, volver hacer las maletas, recogerlo, montarlo todo, y ponernos en marcha rumbo al Sur, de regreso a nuestro país. Bueno, en realidad ya hicimos el primer viaje al sur ayer, pero al volver a Kautokeino, me quedó la sensación de haber estado dos días sin moverme en esta ciudad y haber tenido un sueño la noche anterior con la llegada a Nordkapp. Sin embargo, todo es real, incluso esa sensación de bajón que me invade mientras desayunamos y me acompaña al guardar nuestras cosas. Aunque seguiremos descubriendo lugares de indudable belleza, poco a poco, km a km, estaremos más cerca de nuestra casa y, por ende, el viaje un poco más cerca de concluir. Aunque no reniegue de nuestro país, lo cierto es que estas tierras de Escandinavia nos ha enamorado. 

Hora ya pues de meternos en materia y descubrir más a fondo el tercer país de Escandinavia: Finlandia, en el que estaremos tres días. Anteriormente, fue testigo del paso fugaz de Suecia a Noruega, en nuestro camino hacia el Cabo Norte, pero ahora nos sumergiremos de lleno en el país de los 1000 lagos, el país de Timo y Jaa, lo cierto es que estoy impaciente.

Tras el desayuno, emprendemos de nuevo la marcha hacia el sur, hacia tierras finesas, desandando el camino que seguimos para llegar a Kautokeino. Es extraño, pero durante los primeros kms de la E-93 siento la familiaridad de un terreno de sobra conocido, una especie de deja vú que hace que estos compases iniciales de la etapa de hoy pasen sin mucho sobresalto. Sin embargo, estos 43 kms últimos por tierras noruegas dejan en mi un profundo sentimiento amargo. Y es que a cada minuto que pasa, a cada curva que trazamos, nos vamos acercando irremisiblemente hacia el final definitivo de nuestro periplo en Noruega. Después de 7 días abandonamos el país que tan gentilmente nos ha acogido, el país que por el momento, más nos ha impresionado, y aunque la aventura continua y todavía nos restan muchas cosas que descubrir, en mi corazón siento que algo de nosotros se queda en este país de belleza indómita en sus paisajes, de los profundos contrastes de sus fiordos, ríos, y bosques. En definitiva, un país en el que durante medio año no se pone el Sol, así como no se pondrá en nuestra memoria el recuerdo de tantos buenos momentos en estos intensos días. 

Con este pensamiento recurrente en mi mente, atravesamos la frontera simbólica entre Finlandia y Noruega, frontera que debería estar activa ya que Noruega no es de la UE. 




Pero por los acuerdos de colaboración entre la Unión y el país escandinavo las mismas han sido suprimidas. Sin embargo, mi ingenuidad hace que pare en el puesto fronterizo finlandes, sin un objetivo muy claro de lo que hacer. La policía al verme me pregunta con cierto desdén si tengo algo que declarar, yo le contesto que he realizado recientemente la compra de algunos souvenirs, me pide el ticket y me lo sella. La mujer me advierte con rutinario y monótono timbre que debo parar en la primera tienda que vea de Finlandia para que me sea devuelto el exceso de IVA de Noruega con respecto a Finlandia. A decir verdad, no tenía ni idea que había que realizar este trámite, pero haré caso a la autoridad.

Con esa anécdota en el cruce de nuestra décima frontera entramos en nuestro noveno país, el tercero de esta península escandinava en la que llevamos ya diez días de travesía. El paso de la frontera también se simboliza con otro gesto que no se va a dar mucho en este viaje: El cambio de hora. Efectivamente, a pesar de lo grande de nuestro continente, tan sólo 3 husos horarios lo dominan: Uno sería el que usan las Canarias, Portugal y Reino Unido, otro el nuestro, utilizado por la mayoría de los países centroeuropeos y del norte, y el último por Finlandia, países bálticos y en general todos los del Este de Europa. Este cambio no lo hicimos la primera vez que pisamos Finlandia, ya que iba a ser una travesía de tan sólo unas horas hacia Kautokeino. Sin embargo, a partir de ahora será tan necesario como el hecho de que tenemos que cambiar el chip a partir de ahora, en un instante a nuestra etapa acaba de sumarse una hora más con todo lo que ello acarrea.

Tras pasar por el Lago Geadge volvemos a los terrenos yermos muy similares a los que cruzamos en nuestra primera entrada en Finlandia, siempre con la guía de la E-93. Siguiendo su curso llegamos a la ciudad de Enontekio, donde por fin podemos encontrar una gasolinera para repostar. Obviamente, si hay algo que no echaré de menos de Noruega son los altos precios de la gasolina, aquí son precios más normales, entorno a los 1,65 €/litro. Además abandonamos las coronas noruegas para abrazar al euro hasta, por lo menos, Letonia. En multitud de detalles observo que hemos cambiado de país y de cultura: El idioma ha cambiado tanto que se ha hecho incomprensible, desde luego el finlandés es un idioma rarísimo proveniente de otro mundo. Las estaciones de servicio son verdaderos centros comerciales, con restaurantes, tiendas, WIFI, etc., con la excepción de las francesas, son las mejores estaciones de servicio en la que hemos estado hasta ahora. Los finlandeses vuelven a cobrar hasta los decimales en el pago de la gasolina, al contrario que el redondeo sueco y noruego, pero si hay algo que me ha llamado la atención es la presencia de maquinas tragaperras en la gasolinera, en claro contraste de lo que tenemos aquí en España.

Cuando terminamos de repostar y de tomarnos el siempre reconfortante café me percató de algo que me deja blanco como la nieve. La moto esta soltando aceite y ha formado un charco de considerables dimensiones. Además M Carmen se percata de que existe en el ambiente un fuerte olor a quemado, resulta que proviene de mi pantalón, que se encuentra pringado de aceite hasta la rodilla. Es tanta la profusión de líquido negro en el suelo, que por un momento parece que la moto está sangrando, al igual que yo. Sin embargo, la moto arranca bien y no se enciende el testigo - Que cosa más rara - pienso. Entro dentro de la gasolinera en busca de alguna lata de aceite para reponer el nivel. Los casi 4 litros y medio de aceite con los que comencé el viaje empiezan a agotarse, por desgracia, no encuentro ninguna lata de mi graduación. Lástima de no tener un Ferrari o un 4x4 de gran potencia, porque son los únicos aceites que hay. 

- Pero bueno, ¿Que pasa aquí?¿Nadie usa moto en este país? - pregunto retóricamente. 
- Rafa, no te preocupes nos las arreglaremos - intenta animarme mi novia, en vano.

Repongo con un poco del que tengo yo, y reemprendemos la marcha de inmediato, rumbo a Rovaniemi. A pesar de que la moto va sin problemas, no puedo evitar pensar que llevamos cerca de 7500 kms de aventura y que está próximo el cambio de aceite y del filtro de aire, sin que por el momento, haya podido encontrar un aceite para reponer por completo el nivel de mi moto. Según recomendación de mi mecánico Beni, debería hacerlo a los 8000 kms, y es precisamente a esa cifra a la que llegaré más o menos al terminar esta etapa. Sin embargo, empiezo a sospecha que hasta que no llegue a Helsinki, capital de Finlandia, no podré encontrar allí el aceite que necesito.

Seguimos nuestra ruta por las baldías tierras finesas, la monotonía y el silencio del paisaje ayuda a que me relaje del sobresalto anterior, un inconveniente insignificante, pero supongo que en una aventura como esta todo se magnifica. Aunque no por ello escapo a los curiosos nombres de poblaciones durante nuestra travesía.




Tras el período de relajación y un poco antes de llegar a Palojoensuu hago una parada en una tienda de souvenirs cercana.

- Rafa, ¿Para que paras? - pregunta M Carmen extrañada 
- Voy a ver si me devuelven el IVA, ¿no? - le contesto.




La tienda construida enteramente en madera, tiene un reno enorme disecado "vigilando" la entrada, desde luego a los finlandeses les encanta cazar porque al entrar en la tienda la mayoría de los artículos que se venden están relacionados con ese mundo, por supuesto, no faltan los artículos relacionados con la cultura vikinga, los samis y Papa Noel. Yo sin embargo, me muestro más interesado en comprar una pegatina con la bandera de Finlandia y también otra que he visto con un reno y con el lema "La tierra del Sol de medianoche", mientras tanto, M Carmen entra y aprovecha para calentarse. Con los artículos, me dirijo al mostrador para pagar, donde una chica rubia de interminable estatura me atiende. Es tan alta que me rompo el cuello al mirarla, deberá medir dos metros por los menos. Con cierta incredulidad, le refiero, en ingles, el tema del reintegro del IVA por compras en Noruega, a lo que ella me confirma que es verdad y tras examinar el ticket de mi compra procede a devolverme el dinero correspondiente. No es mucho la verdad, ya que el IVA en Noruega está en el 25% y en Finlandia en el 23%, pero con ese 2% de diferencia me da para pagar la escasa compra que he realizado, así que lo comido por lo servido.

Tras dejar la tienda y pasar por Palojoensuu cambiamos de rumbo dejando la E-93 para coger la E-8 con rumbo sudeste, en el que coqueteamos con la frontera de Suecia. Poco a poco vamos observando como el paisaje va cambiando y se va haciendo más boscoso a medida que avanzamos. Siguiendo el curso del río Muonio fielmente escoltado por arboles en su ribera hasta la ciudad de Kolari, y sin la asistencia de un GPS, me equivoco en una señalización y tomo por la E-80 en dirección a Kittila, por error. Aunque del error solo me percato cuando mi navegante, comprueba el rumbo mediante el movil. Lo cierto, es que es bastante difícil orientarse con las señales viales en este país ya que se encuentran en dos idiomas: sueco y finlandés, sueco no se y el finlandés es ilegible. Desde que se estropeo el GPS en Hegra, siempre hemos tenido suerte a la hora de encontrar nuestro alojamiento, dada la escasez de poblaciones en la laponia noruega y la eficiente señalización (lástima que el asfalto no sea igual). Por desgracia, me temo que a partir de ahora y según vayamos viajando hacia zonas más pobladas, poco a poco, iremos experimentando muchos problemas de orientación en la carretera. Sin duda buenos temas de los que debatir mientras busco un sitio para almorzar, la hora de comer se nos ha echado encima implacablemente y ante la ausencia de merenderos por la zona, encontramos una parada de bus de madera cercana a Sodankyla.





Tras el almuerzo, en el que apuramos las pocas existencias de jamón, volvemos a la carretera con decisión, hacía Sodankyla. Desde que conquistamos el Cabo Norte sigo mosqueado con mi Falco Stradale, lo cierto es que no se lo que le pasa a esta moto, pero con cada parada encuentro siempre un charco de aceite enorme, aunque el testigo no salte (sigo sin encontrar aceite de mi graduación). Para colmo de males, el manillar de mi moto, vibra sobremanera, creía que era por una mera cuestión de exceso de peso, pero el caso es que esto no me había ocurrido hasta que tuvimos el incidente de Alta. ¿Habrá tenido que ver el choque de la gasolinera? - pienso.


- Rafa, ¿Qué haces?, aceleras y frenas, ¿Ocurre algo? - pregunta M Carmen.

- Estoy comprobando la moto, el manillar vibra mucho - le respondo.

- Será el exceso de peso y te habrás dado cuenta - teoriza ella de forma retórica.

M Carmen llevamos dos semanas en moto y esta es la primera vez que la moto vibra tanto estoy preocupado.

- Tan sólo ten cuidado, no te despistes - me aconseja con cierta preocupación, pero con plena confianza en mí y mis dotes como piloto

La moto va ganando velocidad y esa extraña sensación de inseguridad va desapareciendo a la vez que aumenta el régimen del cuentarevoluciones del Falco Stradale. Sin embargo, a partir de ahora, aumentaré la guardia ya que sigo receloso por este comportamiento de la moto. Pasamos el lago Vaala, flanqueado por arboles imponentes, y a los pocos kms llegamos a Sodankyla con la clara intención de repostar nuestra moto, ya que hace poco que hemos entrado en reserva, o al menos eso creo, ante la carencia de nivel y testigo luminoso.

Tras el repostaje y el avituallamiento de café caliente, tan sólo nos restan 100 kms hasta nuestro destino, en Rovaniemi. En Sodankyla cambiamos de la E-80 a E-75 y vamos viajando dirección sur, al fin. Después de la pérdida, parece que con la ayuda de M Carmen, he encontrado de nuevo el rumbo. Viendo el lado positivo de esta pérdida de dirección, al menos puedo decir que desde que pasamos por Palojoensuu viajar por Finlandia, se está convirtiendo en una maravilla. A este país la fama le precede, y los lagos se suceden ante nosotros de forma intermitente como la luz del sol asoma por entre las copas de los arboles. Por desgracia, poco claros hay en el bosque para hacer una foto clara desde la carretera sin parar nuestra moto, tal y como nos advirtió nuestra amiga madrileña Ana en Nordkapp. Seguimos el curso del río Välisuvannontie durante algunos kms, sin embargo, no podemos evitar sucumbir ante la tentación de parar al margen de la carretera para tomar con más calma el detalle más distintivo de este país: Los lagos. 



Un país que empieza a embrujarnos, con sus frondoso bosques, testigo mudos de nuestro paso en esta solitaria tierra, al igual que en Suecia, donde el tráfico rodado es bastante escaso. La parada, en los márgenes del lago Vuo se hace más corta de lo esperado, por desgracia, debido al ataque feroz de los mosquitos, (única cosa que no echaré de menos de Escandinavia), que nos acompañan desde nuestra entrada en Laponia y que no han dejando de incordiarnos con sus picaduras.




Después del lago Vuo se suceden otros de gran belleza plástica como los lagos Kayramon, Yli-Nampa, Ala-Nampa pequeña porción, sin duda, de la belleza hidrográfica de este país. Y es que resulta que Finlandia, el llamado País de los 1000 Lagos, es en realidad el país de los 188000 lagos, todos ellos de origen glacial. Lagos de vasta extensión que con la incidencia de la luz del Sol parecen espejos de fina plata. Si Noruega, tenía la belleza indómita de sus fiordos, Suecia la fortaleza de sus bosques, Finlandia, tiene a sus lagos de agua plateada como su mayor valuarte. Tres países muy distintos, pero que forman un conjunto de tal magnificencia que es difícil decantarse por uno. Quizá lo mejor sea no hacerlo, y atesorar esta belleza, una belleza que nunca debería tener fronteras. 

Con el fulgor de los destellos del agua en nuestras caras retomamos el camino. Los destellos que lejos de molestarnos, nos acompañan e inspiran, y que por un momento, nos hacen olvidar los problemas acaecidos hasta ahora en nuestro viaje. También nos ayudan a superar la soledad inquietante de la laponia finlandesa. Soledad unicamente rota por algunos renos vuelven a aventurarse en los márgenes de la carretera, para acompañarnos en los últimos kms de nuestra etapa.

- Rafa, esto es precioso, que pena no poder pararse a hacer más fotografías - se lamenta mi novia.

Una lástima, la verdad, pero nos quedamos con el premio de disfrutar de una travesía por estas inexploradas tierras cercanas al paralelo 66.  Dicho paralelo marca la línea divisoria imaginaria del Círculo Polar Ártico al cual nos acercamos inexorablemente. Tras unos minutos de marcha recta y firme por el mejorado asfalto finés, llegamos a nuestro camping milagrosamente. Una vez más las señales viales nos han informado de la situación del camping sin problemas. Bueno, eso, y las indicaciones de mi navegante, que tomó en la etapa anterior las anotaciones necesarias, han ayudado a ello.

Siguiendo las flechas de lo que parece ser la recepción del camping llegamos a una casa. Una casa solitaria en madera blanca, que parece de todo menos la recepción de algo. Con algo de prudencia toco la puerta, me recibe una mujer joven muy amable con un lindo bebe en su regazo, que se encuentra con una nueva criatura en camino, ya que esta embarazada. De lejos, se escuchan las voces de otros niños montando algarabía. Le cuento, es ingles, que estoy buscando el camping Ahosen Lomamökit.

- Si, efectivamente aquí es, soy la dueña y recepcionista del camping, ¿A qué nombre tienes la reserva? - pregunta ella

-Rafael Campos Cubero, venimos desde España - le respondo

-Si déjame ver, es verdad, ¿Teníais reservada una noche verdad?

-Si -  le respondo algo titubeante.

-Bueno, en realidad la estancia mínima son dos noches, pero consulté con mi marido y con vosotros voy a hacer una excepción dadas las circunstancias de vuestro viaje, que me explicaste en el mail.

-Muchas gracias

-Pasa, rellenamos tu ficha y me pagas todo, ¿vale?, tu novia, si quiere que pase también, estais en vuestra casa. - me dice nuestra anfitriona.                                                        
Miro a M Carmen y le hago gestos para que me acompañe adentro. Sin embargo, ella está un poco recelosa, y desiste de ello. Supongo que querrá descargar el equipaje y descansar, aunque lo primero es localizar nuestra estancia, en las inmediaciones no se ve nada, excepto la casa de la recepcionista. -¿Donde estará? - me pregunto.  Al pasar descubro una casa enorme de amplio salón, hecha enteramente en madera de distintos colores, con tarima flotante de color roble, y el resto de la casa en blanco.        Todo se encuentra excelentemente decorado y armonioso con el entorno que rodea a la casa, no está sobrecargada ni con excesos de minimalismo, sin embargo, lo que más me llama la atención es lo limpio y ordenado que está todo y eso que la mujer tiene a dos diablillos más correteando por la casa despreocupadamente. Ella aprovecha y me los presenta mientras busca unos papeles en su escritorio.

- Yo me llamo Helena, y estos son mis hijos: Sirkka, y Matti (él), este pequeñín de aquí se llama Erkki, y dentro de pocos meses nacerá Eeva, mi nueva hija - dice mientras se acaricia la barriga. Indudablemente, está en un avanzado estado de gestación a juzgar por el tamaño de su tripa.

- Por fin, encontré la ficha, por favor rellénala con tus datos y los de ella - me dice mientras busca algo más en su escritorio.

- Aquí te dejo un mapa con la ubicación de las casas del camping. Todas encuentran al otro lado de la carretera en el margen del lago Vikajarvi. Tienes que salir de aquí, girar, con cuidado, a la izquierda y en la primera señal que te encuentres con una letra B giras a la derecha, irás por un pequeño sendero hasta llegar a tu casa. Más o menos estás a 1 km de aquí.

- ¿Como es el sendero de largo?¿Se puede ir en moto? - le pregunto a Helena, con la lección muy aprendida de nuestra pérdida y caída en los bosques de Skaulo.

- Tranquilo, son sólo 500 metros de camino, cualquier vehículo puede acceder al recinto. La casa cuenta con todo lo necesario para vuestra estancia.

- ¿Tiene WIFI? - le pregunto, aunque mientras la hago me doy cuenta de que a lo mejor mi demanda debió ser más inteligente o al menos, debí priorizar otras cosas como estado de la habitación, camas, confort etc.

- Si, y también TV por satélite, estoy seguro de que te gustará. Aquí te dejo un mapa turístico de la zona y la previsión del tiempo.

- ¿Para ir a la aldea de Santa Claus? - le pregunto a Helena.

- ¡Ah si! bueno aquí nosotros le llamamos Joulupukki en la lengua de los samis. La tienes a 3 kms de aquí, tan sólo sigue esta carretera haciendo derecha al salir de aquí. Ya te encontrarás las indicaciones.

- Gracias - le digo

- ¡Que tengáis buena estancia! - se despide de mi con la misma sonrisa con la que se despidió y salgo para encontrarme con mi novia, la cual tiene una cara que es un poema, que no es precisamente de amor.


- ¿Se puede saber donde estabas? ya creía que no salías - me dice algo enfadada por la larga espera

- Ya tengo las llaves de nuestro alojamiento, vamos a una casa que esta al otro lado de la carretera - le respondo con la sensación de que esta estancia nos va a gustar.

Nos ponemos en marcha y a los pocos metros, veo la señal con la B - que fácil es esto - pienso - ojalá todos los camping fueran así de fáciles de encontrar. Tras sortear algunas molestas piedras llegamos a nuestro destino y debo decir que Helena no se equivocaba al vaticinar que nos gustaría nuestra estancia. Más que una cabaña, nuestro alojamiento es una casa enorme de madera pintada de rojo y blanco. Una casa situada en una finca enorme, con porche, balcón, columpios, barbacoa cubierta, caseta para herramientas, etc. Una de las cosas que más me asombra de este lugar es que estamos a apenas a 100 metros de la carretera y aquí no se oye ni un alma, la frondosa vegetación nos parapeta de cualquier ruido molesto.






Tras impacto que para bien nos ha causado nuestro alojamiento, descargamos la moto en tiempo record ya que los mosquitos no nos dejan en paz con sus incesantes picaduras. Entramos a una minúscula habitación de 1 metro cuadrado que hace las veces de entrada, allí un nos invita a descalzarnos y dejar los zapateros en un zapatero cercano. Algo me dice que no hemos entrado por la puerta principal, pero el incesante ataque "La Fuerza Aérea Finlandesa" nos ha obligado a ser poco selectivos a la hora de por donde entrar. La casa por dentro nos deja todavía más maravillados que por fuera: Toda en madera, con suelo laminado en roble, suelo radiante, que calienta nuestro primeros pasos en nuestra exploración de la casa. Dos plantas, en la inferior salón con TV y WIFI, cocina conjunta, con todo el menaje e incluso algo de comida y una grandiosa chimenea presidiendo el lugar. M Carmen insiste en encenderla, pero le pido que espere a que regresemos de la aldea de Santa Claus. En la planta baja también tenemos cuarto de baño con sauna incorporada, la cual espero estrenemos y un armario con varios salvavidas, de los cuales ignoro su utilidad. En la planta superior hay 6 camas (dos de matrimonio y cuatro de 105 cms) y cuatro habitaciones, todas ellas con toda la ropa puesta, hasta tienen una cuna, una trona y un tacatá. En definitiva, la casa esta para entrar a vivir, y mucho me temo que la estancia de un día se nos va a antojar escasa para poder disfrutar en su plenitud de ella, al menos lo intentaremos.



Pero lo primero es lo primero, y antes de nada debemos de ir a la Aldea, para entregar las misivas de nuestros sobrinos y la de los niños de Aldeas Infantiles de Madrid. Salimos perfectamente equipados de casa, incluso con el casco puesto, y nos subimos al Falco Stradale para evitar a nuestro pequeños amigos alados. Ponemos rumbo a Rovaniemi en pos de encontrar la aldea de Santa Claus, y efectivamente, tal y como dijo nuestra anfitriona estaba muy cerca de nuestra casa. Una aldea que más que una aldea parece el titánico centro comercial de una gran ciudad, un parque temático en torno al famoso personaje navideño que nos deja boquiabiertos.

Sin embargo, observo poca actividad en el lugar, apenas hay coches, ni personas andando por el recinto. -¿Que ocurre?- me pregunto. Paramos nuestra moto, y allí se hace el silencio más absoluto. No hay absolutamente nadie, ni siquiera en una gasolinera que hay enfrente de nosotros, ni tampoco en un restaurante al final de la Aldea. 

- Rafa, ¿A ver si esto abre sólo en Navidad? - me dice M Carmen extrañada.

- No, estoy seguro que esto está abierto todo el año - le digo con falsa seguridad, dado que yo tampoco tengo ni idea. Para colmo de males ni siquiera hay nadie para preguntarle. Son las 18:45 hora de Finlandia, y sinceramente no me parece una hora tan tardía para acudir a una atracción como esta. 

Dejamos el Falco Stradale atrás y nos aventuramos por las instalaciones desiertas. Podemos observar algún detalle curioso como por ejemplo: Una recreación de un asentamiento minero del lugar y de como vivían sus gentes. Por lo que puedo leer en ingles, la zona a principios del siglo XX fue rica en oro y otros minerales importantes, los cuales fueron extraídos por los samis. También hay lo que parece un corralillo donde se pueden ver renos, igualmente vacío. Cerca del restaurante hay algunas tiendas de souvenirs cerradas e incluso la famosa Oficina Postal también lo está. En la puerta de la misma observo un cartel que dice que el recinto en verano permanece abierto hasta las 18:00.







-¡Maldición! hemos llegado tarde por apenas unos minutos, tendremos que volver mañana para conocer a Santa Claus - le digo a M Carmen malhumorado - Como es posible que una atracción como está cierre a las 18:00, pero bueno, ¿Tu te imaginas cerrando el Corte Ingles a las 18:00?


- Ya, pero estamos en verano y la temporada alta es en Navidad, seguro que entonces esto está abierto casi las 24 horas del día - reflexiona M Carmen en un intento por encontrar una explicación a este horario de apertura tan raro - Bueno Rafa no pasa nada, somos los dueños de la Aldea de Santa Claus, demos una vuelta por aquí sin agobios para relajarnos y ver cosas. Mañana volveremos.


Resignado acepto la propuesta a pesar del nulo desafío o interés que tiene para mi un puñado de calles vacías alrededor de una gran plaza, presidida por la casa de Santa Claus. No obstante, a su altura encuentro una línea blanca en el suelo que parece ser el límite del Círculo Polar Ártico. En ese instante, como por arte de magia, me activo sobremanera y me acuerdo de que casi nos perdemos nuestra entrada en el Polo Norte a la altura de Jokkmokk, así que no dejo escapar la oportunidad de hacer una divertida videocrónica de esta "aventura" por la ciudad fantasma de Santa Claus.







Tras el video nos hacemos alguna foto más con carteles y cosas significativas de la aldea, como por ejemplo el hito kilométrico que marca la dirección y distancia a España, bueno a Madrid para ser más concreto. 








Tras las divertidas fotos, y sin ocultar cierta decepción volvemos a nuestra casa para pasar el resto del día. No sin antes hacer algunas compras en la gasolinera a unos precios bastante asequibles. 



Como siempre compramos lo imprescindible, además contamos con todo lo necesario para cocinar. Tras casi dos semanas de aventura, nuestro jamón está en las últimas y a partir de ahora, se une a nuestro presupuesto con más presencia el gasto en comida. De todas formas, no hay motivo para quejarse, la comida que nos hemos traído de España ha durado más o menos dos semanas en buenas condiciones, cosa que creo esta muy bien. Además, la idea de M Carmen de envasar al vacío ese manjar ha sido excelente para ayudar con los gastos ingentes de este viaje.

Está noche para cenar nos daremos un capricho y nos comeremos un perrito cada uno. Con una gran bratwurst alemana, aderezado con una salsa alioli tan particular de los escandinavos. Particular y barata a la vez, la cual nos ha dado tan buen servicio como el jamón patrio. Mientras cenamos a la luz de la lumbre de la chimenea no podemos evitar comentar los aspectos de la casa.




- Rafa, debo felicitarte, de todos los lugares que has reservado, este sin duda es el mejor - me dice mi novia extasiada.

- Pues, ¿A que no sabes lo que nos ha costado? - le pregunto.

- No

- 90€

- 90€, ¿nada más? - pregunta extrañada

- Si, lo que pasa es que en esta casa la reserva mínima son dos noches. Menos mal que le mandé a la propietaria un email explicando nuestro viaje y pidiéndole que nos dejará estar una noche tan sólo. Afortunadamente para nosotros ha salido bien.

- ¡Vaya piquito de oro que tiene mi niño! me acuerdo que me comentaste ese problema, pero vamos que si nos obliga a quedarnos dos días aquí acepto encantada - contesta entrerisas

- A mi me parece un precio excelente por lo que da, ¿No te parece?

- Ya te digo - contesta ella-  es que estamos sólos en una casa perfectamente equipada y pensada para 10 personas. Si hubiéramos venido en grupo, pagar 9€ por persona y por noche, me parece un precio excelente.

- Bueno, pues estuve mirando y de este sitio la temporada alta es en Navidad, esta misma casa sale por 270€ el día - le digo esperando en ella una reacción de sorpresa.

- Aún así viniendo en grupo me parece un precio excelente. La pena son los mosquitos que te amargan y no te dejan salir. - se queja ella amargamente.

- Bueno, no pienses en ello, vamos a disfrutar de esta casa.



A la luz de la chimenea, y sin el concurso de la TV (todos los programas están en ruso) nos quedamos hablando, una vez más, sobre la particular y confiada hospitalidad escandinava. Aunque damos también, cabida al manido tema de intentar arreglar el país.




- M Carmen, ¿Te has dado cuenta que antes he entrado en una casa con una mujer embarazada y tres niños allí y la mujer estaba completamente sola, sin nadie alrededor en por lo menos 3 kms a la redonda? Podía haberle hecho cualquier cosa y nadie se hubiera enterado y sin embargo, ella me ha invitado a entrar confiada, vamos que un poco más y me enseña o vende la casa. No dejo de asombrarme por la hospitalidad de esta gente, digno de admirar. Seguro que ahora vamos a su casa y tiene la puerta abierta de par en par. 

En ese instante M Carmen reflexiona - Eso en España ya se ha perdido, una pena - se lamenta- Ahora vivimos, el que puede, en cárceles con altos muros, verjas, rejas. Todo para evitar que un día te despiertes y descubras que han entrado a robarte y tienen a toda tu familia amordazada. 

- Si es verdad, seguro que aquí en Finlandia a los amigos de lo ajeno se les da bien. - le replico.

- Bueno y otra cosa que me ha llamado la atención: Aquí en Finlandia, Suecia y Noruega, es raro ver a la mujer que no tenga al menos tres hijos. - me cuenta con asombro

- Es cierto, igualito que en España, que la gente se anima a tener dos por la ansiada parejita, y eso con suerte y dos trabajos. 

- Luego nos quejamos del país tan viejo que tenemos, si no hay buenos sueldos o ayudas para conciliar vida laboral y familiar, pues tu me dirás - dice, indignada mi novia. 

En ese instante recordamos lo que nos dijo un día nuestro amigo Toni (que está saliendo con Emilia, una chica polaca que vive en Noruega): Que el permiso de maternidad al menos en Noruega dura 13 meses, a parte de los meses de embarazo, y que el de paternidad dura 4 meses. Detalles, sin duda, que desde nuestro punto de vista español nos parecen de ciencia-ficción. Como no somos políticos, ni creo que vayamos a arreglar el país en una noche, nos vamos a ir a la cama. No sin antes, dar un paseo por nuestros dominios para admirar las vistas, ciertamente impresionantes. Sin duda, este alojamiento vale cada euro invertido. 







Tras el paseo nos relajamos estrenando la sauna y a continuación nos vamos a la cama para descansar antes de afrontar la siguiente etapa de Euro-Diversion 2013. Ciertamente, estoy nervioso e intranquilo ante lo que nos espera mañana. Bajo el sol impertérrito de la medianoche intento convencer a mi novia, a modo de broma por supuesto, para que echemos raíces en este país.

- ¿Que te parece este sitio para vivir?, bonito ¿no? - le pregunto

- Es muy bonito, precioso, pero yo aquí no me quedo, todo muy bonito, pero en verano los mosquitos, en invierno el frío, esto acaba conmigo.


Mañana llevaremos ya 3 semanas de aventura, y nuestro objetivo será llegar a la ciudad de Viitasaari, la cual se encuentra a orillas de un lago de nombre impronunciable. Sin embargo, antes de partir iremos a la Aldea de Santa Claus con la esperanza de poder entregar, por fin, las cartas de los niños que tan fielmente hemos portado desde España. Momentos de ilusión que espero compartir con ellos a través de las líneas de este blog. Particularmente pienso que la ilusión es el principal combustible en viajes de este tipo. Podrás tener mejor o peores medios, mucho o poco tiempo y dinero, pero lo que si es seguro es que si la ilusión te falla te darás la vuelta a la primera. Pocas cosas son imposibles para un niño y con esa fuerza nosotros, hemos podido hacer frente, hasta ahora, a los más exigentes retos.

Mañana será, sin duda, un gran día, un día especial para muchos chavales, y también para nosotros, ya que vamos a conocer al más insigne personaje que habita en el Polo Norte: Joulupukki, como lo conocen ellos o Santa Claus (Papa Noel) como lo conocemos nosotros.