Comenzamos
nuestro periplo en España, extraña sensación esta de despertarte en tu
casa, pero no exactamente en ella. No obstante, el calor asfixiante que
ya se deja sentir en la ciudad condal nos expulsa de la cama rumbo a
nuestro siguiente destino: Castellón de la Plana. Pero antes,
resistiéndonos a irnos de Barcelona, vamos a dar una última vuelta
intentando ver alguna cosa más que añadir al bagaje de nuestro viaje.
Vamos a visitar el Parque de Güell y el Camp Nou, como buen culé que
soy.
¡Rafa, que bien, ya podemos usar los datos del movil para usar el GPS! - exclama M Carmen entusiasmada.
Efectivamente,
en Barcelona, ya podemos disfrutar de la tarifa de datos de nuestra
compañía. Y además de hacer llamadas, podemos trazar de forma más
eficiente la ruta en el GPS del móvil, se acabaron los movimientos
extraños de la bolita dichosa, lo cual es una buena noticia tras casi 20
días de travesía.
Recogemos y empaquetamos todo, lo colocamos en
nuestra moto, la cual dejamos convenientemente aparcada en el parking
del hotel y nos ponemos en marcha hacia el oeste de la ciudad subiendo
una ligera colina. El tráfico es fluido y poco concurrido, es una
delicia rodar por Barcelona con el apoyo de mi navegante y con el GPS
que fielmente nos guía por el camino. Cuando nos quedan pocos kms para
llegar a nuestro primer destino, el Parque de Güell, tenemos una
inesperada parada, un agente de la guardia urbana nos da el alto.
- Buenos días, ¿Me muestra la documentación del vehículo, por favor? - Aquí tiene agente
- le digo mientras se la entrego - Lo cierto es que me ha costado Dios y
ayuda encontrarla en el fondo de mi bolsa sobredeposito.
- ¿Donde tiene la pegatina de la ITV? - Aquí mismo agente - le digo mientras le señalo la parte trasera de mi guardabarros delantero - ¿Sabe que debería estar en un sitio visible? - me pregunta como preludio a lo que seguramente será una multa. - Si, lo se, pero es que tenía miedo de perderla en extranjero
- en ese momento cuando aprovecho para contar que estamos haciendo la
vuelta a Europa en moto y que ya estamos de regreso. Lo cual despierta
el interés de los agentes de la guardia urbana, los cuales por un
momento, olvidan el asunto de la multa y empiezan a preguntarme cosas
sobre nuestras aventuras en moto por el viejo continente. Estaban
particularmente interesados en Noruega, país al que uno de ellos le
gustaría viajar y sin duda para mi es más bonito. Creo que lo
embriagador de la historia hace que los agentes, finalmente, no me
multen, así que nos marchamos del lugar antes de que se arrepientan.
- Rafa, ¿Sabes porqué creo que te han parado? - me pregunta M Carmen, casi como sabiendo la respuesta.
- No - le respondo incredulo
- Te han parado por llevar la bandera de España en la moto - responde ella con rotundidad
- ¡Venga ya!, no creo - respondo con asombro
- Bueno, bueno, yo ya te lo he dicho piensa lo que quieras. - sentencia
Parque Guell
La
respuesta a esa cuestión quedará siempre en el aire, ya que no pienso
regresar a donde está el guardia urbano a preguntárselo. Tras la charla,
nos ponemos de nuevo en marcha hasta llegar a la vertiente meriodional
de Monte Carmelo en el barrio de la salud. El Parque de Güell fue ideado
como urbanización, y diseñado por el arquitecto Antoni Gaudí, máximo
exponente del modernismo catalán, por encargo del empresario Eusebi
Güell. Construido entre 1900 y 1914, fue inaugurado como parque público
en 1926. En 1984 la UNESCO incluyó al Parque Güell dentro del Lugar
Patrimonio de la Humanidad
Inmejorables vistas de Barcelona
El
Parque Güell es un reflejo de la plenitud artística de Gaudí: pertenece
a su etapa naturalista (primera década del siglo XX), periodo en que el
arquitecto perfeccionó su estilo personal, a través de la inspiración
en las formas orgánicas de la naturaleza, para lo que puso en práctica
toda una serie de nuevas soluciones estructurales originadas en sus
profundos análisis de la geometría reglada. A ello añade el artista
catalán una gran libertad creativa y una imaginativa creación
ornamental: partiendo de cierto barroquismo sus obras adquieren gran
riqueza estructural, de formas y volúmenes desprovistos de rigidez
racionalista o de cualquier premisa clásica. En este parque Gaudí
desplegó todo su genio arquitectónico y constituye junto con la Sagrada
Familia una de las obras más emblemáticas de la ciudad condal.
Nada
más aparcar nuestra moto en las inmediaciones del lugar, nos damos
cuenta de que el Parque de Güell no es un parque a la antigua usanza,
más bien parece un museo al aire libre. El parque debe su nombre a
Eusebi Güell rico empresario catalán miembro de una influyente familia
burguesa de la ciudad condal. Hombre polifacético y de gran cultura, fue
escritor, pintor, lingüista, químico y biólogo. Asimismo, militó en el
catalanismo y fue diputado en las Cortes (1878). En 1910 fue nombrado
conde por el rey Alfonso XIII. Amigo íntimo y mecenas de Gaudí, le
encargó muchas de las obras efectuadas por el arquitecto modernista, sin
interferir en sus decisiones artísticas. Y eso dió pie a un increíble
collage de obras en pleno parque plagadas de ricos mosaicos, capaces de
iluminar hasta el más gris de los días. Afortunadamente, el sol reinante
en la ciudad condal hace todavía más espectacular y reluciente este
insigne parque.
Camp Nou
Tras
la visita a esta insigne joya de la ciudad condal llega la hora de
marcharse en dirección al sur, pero no puedo resistir la tentación de
hacer una visita al campo de mi equipo de futbol favorito. El campo del
Futbol Club Barcelona, que nos pilla de camino de salida por el barrio
de Les Corts. El Camp Nou, que no Nou Camp, es el estadio con mayor
capacidad de Europa y el quinto del mundo, con un aforo actual de 99.354
espectadores.
Exteriormente,
el recinto no parece un estadio de fútbol, más bien un centro
comercial. Yo que he tenido la ocasión de entrar en estadios tan
insignes como el Santiago Bernabeú o San Mamés, me he quedado
maravillado ante construcciones imponentes y verticales al estilo de un
coliseo romano. Sin embargo, el estadio del FCB es un estadio ancho y
bajo, a mi modo de ver. Dejo a M Carmen a cargo del Falco Stradale (está
algo cansada por la caminata en el Parque Guell) y me aventuro por los
alrededores del aparcamiento, encontrando rapidamente la zona comercial
del estadio, todo lleno de tiendas y, por supuesto, con las taquillas
para comprar entradas o visitas guiadas al Estadio y donde se pueden
observar las estrellas de las diversas secciones deportivas que tiene el
Barcelona. Y es que no sólo de fútbol vive el hombre, va a ser verdad
eso que dicen de que el FCB es más que un club.
En el parking del Camp Nou
Saliendo de Barcelona
Sin
embargo el incesante calor y los 27€ del tour por sus instalaciones me
hacen desistir, de algo tan anhelado, ya que yo era el único interesado y
no iba a dejar a mi novia sola. Con la decepcionante y cara visita al
Camp Nou ponemos rumbo a Castellón, con un sentimiento agridulce de
Barcelona. La capital catalana se despide de nosotros como nos saludó,
con despliegue de belleza que a duras penas podemos asimilar. ¿Seremos
víctimas del Sindrome de Barcelona? todavía está fresca en nuestra
memoria el Parque de Güell, diseñado por Gaudí y en el que vivió los
últimos años de su vida. Sencillamente impresionante la obra del
maestro, sobretodo la hipnótica salamandra que preside una escalera y
esas magnas columnas que nos trasladan a los memorables tiempos del
Egipto de los faraones. Poco a poco la bella Barcelona queda atrás en el
mapa, en el GPS, pero no en nuestros corazones, señalados de un modo
indeleble con una belleza sencillamente embriagadora.
Cierto es
que la capital catalana, puede encerrar algún inconveniente como la
carestía de las atracciones para el turista, pero aún así no hay que
obviar esta ciudad en un viaje de esta índole. Además los moteros somos
gente adaptable y positiva que sabemos disfrutar de las pequeñas y de
las grandes cosas que nos rodean. Eso nos da una visión del mundo
desconocida un gusto por lo sencillo que te hace valorar lo más
insignificante, porque lo importante no es llegar sino disfrutar del
camino y una vez allí vivir el sitio con pasión y sin ataduras de tiempo
ni convencionalismo. A cada km que hago con mi moto somos más
conscientes de que la aventura, poco a poco, toca a su fin. Y eso le
añade un plus de tristeza a nuestro peregrinaje por la costa brava. Sin
embargo, un refresco a orillas del Mediterráneo ahuyenta nuestros
fantasmas y alegran la jornada bañados por el sol.
Tras
el descanso llega el dilema de salir de Cataluña de la manera
convencional (es decir, pagando peaje de autopista) o de manera más
rebuscada y sin coste. Optamos por la segunda opción que aunque más
incómoda y costa en tiempo, estoy seguro que nos deparará mejores
sensaciones a lomos de nuestro Falco Stradale.
Saliendo de Cataluña
Salimos,
pues, de Cataluña esquivando las autopistas de pago y tomamos la N-340,
la carretera más larga de nuestro país y que bordea toda la costa
mediterránea desde Barcelona hasta Cádiz. Seguramente algún andaluz
habrá rodado por ella sin saber que rueda a lomos de un dragón de 1248
kms. Viajando por esta singular vía, sucedáneo patrio de la ruta 66
norteamericana entramos en la Comunidad Valenciana rumbo a Castellón,
dejando atrás la Costa Brava. En una parada para comer, a las afueras de
Cataluña, en un pequeño pueblo de Tarragona, somos testigos de una
desagradable anécdota: Vemos un hotel con varias banderas, siendo la
española la más pequeña. Que cada uno saque sus conclusiones, nosotros
nos reservamos las nuestras.
Tras
haber comido y dar de beber a nuestra moto, ponemos rumbo al sur con
paso firme y decidido. El paso firme y decidido que da el saberte
conocedor de estas tierras aunque no hayas estado jamas en ellas porque
estas en tu país. Continuamos al filo del Mediterráneo con el sol cada
vez más al oeste escoltando nuestro rodaje por un asfalto perfecto de
curvas sin fin que coquetean con los riscos y acantilados de la Costa
Dorada. Ciertamente, la estampa es bellísima y recuerda a todos los
evocadores anuncios de Estrella Damm tan típicos de los veranos. Verano,
que estamos empezando a descubrir desde más o menos tierras
finlandesas, porque lo de antes fue poco menos que un infierno blanco.
Pasamos
con fugacidad por el Delta de la desembocadura del Río Ebro y
continuamos hasta Peñíscola y su cercano Parque Natural de Sierra de
Irta. Un pequeño oasis verde entre tan mar de arena blanca y fina, rico
en fauna y flora y con unas rutas senderistas 100 % recomendables.
Nosotros decidimos hacer una expedición corta hacia el Acantilado de
Torre Badum por ser uno de los más altos de la Comunidad Valenciana.
Tras
bajar con nuestro Falco Stradale por el famoso acantilado, retomamos la
N-340 hacia Castellón pasando por el pueblo de Benicassim, famoso por
su internacional festival de música. Festival que, por desgracia, ha
concluido hace una semana, así que nos quedamos con las ganas de
conocerlo. Quien sabe, a lo mejor es mejor así, teniendo en cuenta el
programa de nuestro aventura y que a la conclusión de esta nos espera la
vuelta al trabajo a la rutina.
Rutina, maldita rutina, esas
cadenas que nos atenazan bajo un falso sentimiento de seguridad, un
calor bajo cuyo abrigo decides no aventurarte para saber que habrá allá
afuera. Algo que escribe tu destino y marca el rumbo de tu vida. La
rutina ha sido y es el gran enemigo de los soñadores, porque mata los
corazones más intrépidos lentamente. Por eso siempre que puedo intento
escapar de su influjo con aventuras como estas hasta el último confín de
Europa.
- M Carmen, ya hemos llegado a Castellón - Jo, se me ha pasado volando, y encima hemos llegado a una hora razonable, ni me lo creo
No
le falta razón a mi novia, tras más de un mes de aventura puedo contar
con los dedos de una mano las veces que hemos llegado antes de que se
pusiera el sol. Bueno, exceptuando nuestro periplo de 14 días por
Escandinavia
Entramos en Castellón,
capital alicantina, bastante más cansados de lo habitual, pero a estas
alturas, cualquier mínima molestia no hace sino sumarse al gran
cansancio acumulado que llevamos en esta aventura. Por primera vez en
nuestra aventura decidimos no salir a la calle a descubrir la ciudad, y
es que después de más de un mes de travesía, estamos realmente exhaustos
por la carga de kms del viaje. Aunque eso no evita que nos vayamos a la
cama con un profundo sentimiento de satisfacción y gozo ya que estamos
próximos a completar nuestra Vuelta a Europa en moto.
Comenzamos
nuestra última etapa en suelo extranjero, nuestra última etapa en
Italia. Hoy será una etapa realmente corta de 146 kms, ni siquiera dos
horas de trayecto, pecata minuta para las sesiones de rodar en moto que
nos hemos metido para el cuerpo. Sin embargo, prefiero no confiarme, ya
que tenemos que coger hoy un ferry en Genova a las 13:30 y embarcarnos
en un viaje de 19 horas y media hacia España, para comenzar la recta
final de nuestro viaje. Bien es cierto, que nos hemos levantado a las
08:00 y tenemos más de 5 horas de margen para llegar al puerto de
Genova, pero como siempre nos pasan cosas increíbles en el camino,
prefiero dejar margen de horas suficientes para no ir con prisas
estresantes, como nos llevamos en Dinamarca.
Por ese motivo, no
saldremos hoy a apurar lo que Milan tiene para ofrecernos ya que anoche
ya disfrutamos de manera intensa de la ciudad. Para variar hoy nos
marcharemos de Milan en cuanto desayunemos y montemos nuestras cosas en
la moto. Durante el desayuno con nuestras provisiones, nos percatamos de
la presencia de nuestras queridas amigas rusas y de sus miradas
asesinas. Nosotros por nuestra parte les respondemos con indiferencia,
tenemos cosas más importantes en las que pensar.
-Bueno, hoy
va a ser una etapa cortísima. 146 kms sólo, embarcamos, pasamos la noche
en el ferry y cuando despertemos ya estaremos en Barcelona. - le digo a M Carmen
-No cantes victoria todavía que siempre nos pasan cosas. A ver que nos encontramos en la carretera -puntualiza ella.
-¿Sabes? No me puedo creer que volvamos a España - le confieso a mi novia
-Si es cierto, ya nos queda poco para terminar - se lamenta en voz baja
-Venga, vamos a terminar la aventura como debe ser, arriba, nos vamos a España
Dicho
y hecho, nos ponemos en marcha rumbo al sur, rumbo a la costa de
Liguria, donde nos aguarda la ciudad de Genova. Uno de los principales
puertos del país donde saldrá nuestro ferry con destino a España. Salir
de Milán vuelve a ser fácil, ojalá fuera tan fácil entrar en las
ciudades de nuestro viaje, a eso todavía no le hemos cogido el
tranquillo. A lo que seguimos, especialmente yo, sin acostumbrarnos es a
la agresividad italiana al volante, siempre intentando invadir tu
espacio en el carril, apurando frenadas, saliendo de los semáforos en
verde como si no hubiera un mañana. Desde luego, si quieres recorrer
Italia por tu cuenta y con tu vehículo ten siempre mil ojos en el
asfalto y en estos voraces conductores, porque intentarán sacarte de tus
casillas y de paso de la carretera.
A los pocos minutos salimos
de Milan, bajo un sol de justicia, y cogemos la A-7 rumbo a Genova. Una
vez salidos de la capital de Lombardia la prioridad es repostar nuestra
moto, cosa que hacemos en una la localidad de Binasco a pocos kms de
Pavia. Nada de novedoso en nuestra aventura ¿Cuantas veces habremos
repostado ya en el viaje? ni me acuerdo¿Cuantas paradas?¿Cuantas
ciudades?¿Cuántas fotografías?¿Cuantos videos?¿Cuantos recuerdos? -
pienso - Euro-Diversion 2013 se está convirtiendo poco a poco en la
aventura de nuestras vidas y como tal está escribiendo un grueso tomo de
recuerdos en nuestros corazones. Supongo que esta nostalgia me
sobreviene porque veo el final de la aventura cerca, la entrada en
España, aunque nos reportará más seguridad a la hora de orientarnos, o
con el idioma (En casa como en ningún sitio), también nos privará de esa
sensación a veces terrorífica, a veces motivadora de no saber que va a
pasar o donde estas. Ensimismado en mis pensamientos y con ganas de
llegar al ferry de Genova para descansar, inicio la marcha, cuando me
percato de que a M Carmen le sucede algo:
-Rafa, ¡para, para, da la vuelta! - me ordena
-¿Que pasa? -Se me han caído los guantes de la moto, los de verano - dice angustiada
Paro
inmediatamente el Falco Stradale en el estrecho arcén de la carretera y
me pongo a buscarlo haciendo el camino inverso a la gasolinera. M
Carmen se queda cuidando la moto de los vientos que provocan los
camiones que, sin piedad, le pasan cerca como una exhalación. Por un
momento, vuelven a mi los fantasmas de la perdida de equipaje motero que
tuvimos en la primera etapa de nuestra aventura y también la
preocupación por llegar a tiempo al ferry.
Afortunadamente, los
guantes de M Carmen no volaron como nuestros térmicos en Mérida, a los
pocos pasos encuentro los guantes y proseguimos la marcha hacia
Genova pasando por el virginal valle Vicino. Rodamos entre bonitos
paisajes que no tienen nada que envidiar a los Alpes italianos, esta
región de Italia es verde y silvestre como una eterna primavera.
Cruzamos el famoso río Po (Es un río que cruza de Oeste a Este hasta
desembocar en Venecia) pasando por Corana. En etapa hemos vuelto, sin
duda, a la Italia más profunda, más rural, una Italia alejada de las
urbes y de las guías turísticas. Donde la vida es más sencilla y el
tiempo pasa mas lento calentado al albor de un esplendoroso sol de
verano.
Los siguientes kms son un deleite para los sentidos a
lomos de mi Falco Stradale y a excepción del incidente de los guantes la
etapa transcurre muy tranquila. Salvado el Stelvio, nuestro progresar
por la geografía italiana se parece a un agradable paseo por Nauders.
Cosa que después de lo vivido y sufrido durante la aventura, agradecemos
profundamente. A eso del mediodía llegamos Genova, capital de la región
de Liguria, de cuyo puerto partiremos para España. Volvemos por tanto
al caos de tráfico tan característico de Italia con la depredación como
norma de supervivencia, en este país ganan los más fuertes y una moto
por desgracia, no es más que una gacela en un mar lleno de leones
deseosos por tu sangre.
Es hora de localizar el Puerto de Genova
que curiosamente se llama Cristoforo Colombo, en clara alusión al origen
genovés de nuestro más insigne descubridor nacional. Afortunadamente,
el camino hasta el puerto es sencillo de seguir, por las indicaciones,
pero lo difícil es encontrar la entrada al terminal del ferry que nos
lleve a Barcelona. Por más que tenemos el puerto a nuestra derecha está
resultando un infierno encontrar una entrada al mismo, encima hay que
orientarse entre un caótico tráfico que permanente amenaza con darnos un
susto. Así que volvemos al puerto y paramos en una isleta, para, en
primer lugar, descansar después de 146 kms de etapa y en segundo para
tomarnos un tiempo y averiguar la forma de entrar en el puerto genovés.
Aunque parezca cosa de chiste, es imposible entrar en esa fortificación.
-No si ahora llegaremos tarde por no encontrar la entrada al maldito puerto - digo indignado
-Rélajate, alguna forma tiene que haber de entrar - me tranquiliza M Carmen
-Pues ya me explicarás como, porque no hago más que seguir las indicaciones para dar vueltas en círculos - digo cabreadísimo.
En
ese instante, veo por el retrovisor que un vehículo entra en el
terminal del puerto, con pasmosa naturalidad. Sin decirle nada a mi
novia, tomo la "inspirada" decisión de ir por corto trayecto en
dirección contraria para entrar en el puerto. Espero, que no aparezca
ningún policía deseoso por multarme, porque creo que entonces ya no me
libraría ni el Papa de la "dolorosa".
Una vez dentro hay que
localizar cual es el ferry que sale para Barcelona. De momento diviso
dos grandes barcos recepcionando vehículos, pero ¿Cuál será el nuestro?
Bajo
el sol de mediodía cada vez más molesto y asfixiante, intentamos buscar
alguna sombra sin éxito para hacer la espera más llevadera. En ese
momento un compatriota que estaba detrás nuestra con una BMW llama
nuestra atención.
-Oye, antes de embarcar, ¿estáis esperando para embarcar para Barcelona? - nos pregunta
-Si, ¿es esta la cola? - pregunta M Carmen
-En ese caso tenéis que hacer check-in en las oficinas de la compañia, allí arriba - nos dice mientras nos señala con el dedo.
-Muchas gracias - decimos los dos al unísono
Dejo
a M Carmen con el Falco Stradale y subo dos plantas para hacer el
check-in. Efectivamente, hacía falta hacerlo, menos mal que nos avisó
este hombre, de lo contrario, de qué iba a haber tantas personas
esperando aquí. La mayoría de ellos son marroquíes que regresan a casa
por vacaciones, no en vano nuestro ferry hace escala en Barcelona en su
viaje a Tanger (Marruecos). Nuestro viaje será de unas 18 horas, el suyo
más o menos unas 48 horas. En fin, tras el trámite del check-in,
regreso a donde esta mi novia y me la encuentro, para mi sorpresa
rodeada de otros moteros muy interesados en lo que dice.
-Ven Rafa, estas dos parejas son de Sevilla - me dice M Carmen mientras me acerco
-Si, nosotros somos de Brenes, nos llamamos Juan y Antonia, y esos son nuestros amigos Jose y María de Mairena del Aljarafe - nos dice Juan presentando a sus amigos.
-¡Que alegría!¡Por fin conocemos a alguien de Andalucía! - respondo entusiasmado.
-Estaba contándoles nuestra aventura por Europa y se han quedado impresionados - me cuenta mi novia
-Pues, si, ha sido una gran aventura y ya nos vamos de regreso a España, por desgracia - me lamento con gran pesar.
-Nosotros,
nos hemos hecho la costa mediterránea desde Sevilla, costa brava, costa
azul hasta Genova y hemos estado un poco por Austria y Suiza también.
Todos los veranos no podemos quitarnos el gusanito de una salida en
moto. Pero vuestro viaje se lleva la palma, increíble que hayáis hecho
un viaje así con esa moto, ¿No os parece? - nos dice Juan que parece haberse autoproclamado representante del grupo.
-Pues
si, pero vamos que en Noruega encontramos un griego que iba en una
scotter de 125 cc y ya llevaba 24000 kms a la espalda, así que no somos
los únicos pirados que van por ahí espartanamente. Eso si, los alemanes,
noruegos, etc., esos no se andan con chiquitas y siempre van con lo
mejor de lo mejor en todo- le contesto.
-Lógico, nivel tienen - dice Antonia (esposa de Juan) mientras hace "el gesto del dinero".
Conversando
sobre las aventuras y desventuras de nuestra Vuelta a Europa en Moto se
pasa corriendo el tiempo hasta el punto que llegan sin querer la 13:00,
tan sólo queda 30 minutos para embarcar. Pero el aluvión de árabes que
todavía entrar en el ferry colapsan el tránsito de vehículos. Nosotros,
imbuidos en el nuevo grupo nos ponemos nuestros cascos y nos ponemos en
marcha. Sorteando coches y caravanas atestadas hasta arriba de equipaje
llegamos hasta la zona donde tenemos que aparcar nuestras motos. El
personal del ferry nos dan los correajes, y yo vuelvo a mis fantasmas,
no tengo ni la más remota idea de como funcionan estas cosas. Desde
luego, M Carmen tuvo que ser gruista en otra vida porque a ella se le da
de fábula, incluso se permite ayudar a una pareja de motoristas
italianos que iban en una Suzuki blanca superdeportiva. Si el ferry de
Dinamarca que cogimos en Hirtshals nos parecía grande, este, sin duda,
lo supera, camiones y camiones se abren camino con holgura y con una
facilidad pasmosa. En los minutos que estamos amarrando nuestro Falco
Stradale pasaron, sin cesar, cientos de vehículos y todavía tengo la
impresión de que este monstruo de los océanos podría "comer" aún más
vehículos.
Guardamos las cosas más importantes y nos llevamos con
nosotros otras para hacer más amena la travesía de 18 horas a Barcelona,
va a ser un viaje muy largo y en algo habrá que entretener el tiempo.
Nos llevamos algunas provisiones, agua, cargadores y sobretodo mi iPad
para ver alguna película y seguir con mis anotaciones de la aventura.
Cuando por fin, lo recogemos todo y subimos a nuestros camarotes (la
verdad es que estaba todo muy bien indicado)nos encontramos con unas
imágenes ciertamente dantescas y con un olor totalmente imposible de
reproducir con palabras.
Sinceramente, nunca había visto nada así.
-Pero, ¿Que ocurre, cómo está gente así? - pregunta M Carmen
-Lo
que sucede es que esta gente compra el billete más barato, el cual no
tiene acomodación, porque se supone que duermen en los vehículos. -¿Eso es legal? - apostillo ante el silencio sepulcral del trabajador de la compañía naviera
-Y, ¿Porqué están durmiendo ahora a mediodía? - pregunta M Carmen intrigada cambiando de paso de tema.
-La
razón es que es el ramadán y están durmiendo para ahorrar fuerzas para
la noche, momento en el que podrán comer y beber lo que quieran. -¿Y no molestarán a los demás ocupantes? -Si,
de hecho, ya hemos tenido episodios de mucho alboroto y ha habido que
recurrir a la seguridad del ferry e incluso a los Mossos de Squadra.
Terminada
la conversación algo abrupta nos dirigimos a la Sala D donde tenemos
nuestro asiento/cama para pasar la noche. El excesivo precio del billete
para camarote doble me hizo coger esta opción aunque fuera más
incómoda, pero en una aventura como esta, sin patrocinadores que valgan,
hay que adaptarse a las circunstancias. A M Carmen, sin embargo, parece
no importarle, eso, claro está hasta que descubre a un hombre durmiendo
en nuestros asientos.
Educadamente, me dirijo a él en italiano,
pidiéndole que se quite de nuestros asientos, haciendo esta persona
oídos sordos. M Carmen, con lo cansada que está no tiene tiempo para
estas tonterias.
-¡Eh! que te levantes de ahí, ¡¡ya!! - grita M Carmen ante el asombro de todos.
El
tipo da un salto increíble del susto, cuando se recupera empieza a
soltar improperios contra mi novia, aunque ella no es la de que se
achanta ante eso y mantiene su mirada desafiante. Intervengo para evitar
males mayores.
Estos son nuestros asientos, vaya a dormir a otro sitios - le intento explicar, aunque es hombre parece no atender a razones.
Eso, ¡¡sacate billete para un camarote, hombre!! que tienes mucha cara - vuelve a decir mi novia
Finalmente,
el individuo se va con un cabreo de aupa, lanzando insultos y
diciéndonos que somos pocos menos que unos racistas. Yo le advierto que
se italiano y que me estoy enterando de todo lo que dice. Esta persona
nos está empezando a tocar las narices por un asunto tan tonto. Nada
tiene que el racismo que ver aquí, simplemente exigimos ocupar los
asientos por los que hemos pagado nada más. Pero parece que los derechos
sólo pueden ser ejercidos por unos pocos sin obligaciones de ningún
tipo, como por ejemplo, la educación en reconocer que se ha equivocado.
Tanto
es el revuelo que ocasionamos en la sala que una pareja de murcianos
que se tenían que sentar junto con nosotros nos piden permiso hasta para
sentarse en sus asientos, inaudito. Incluso una pareja italiana, nos
pidió permiso para que les vigiláramos sus cosas mientras daban una
vuelta por el ferry. Seguramente debieron pensar, exageradamente, que
éramos los "Alfa" de la manada y que nadie se atrevería a meterse con
nosotros.
M Carmen, desde luego, quiere y va imponer su ley, hay
unas indicaciones en italiano para que los móviles y sólo los móviles se
carguen en los enchufes. Sin embargo, se encuentran colapsados de
neveras portátiles. Mi novia ni se lo piensa, desenchufa todo, coge su
ladrón y lo enchufa. En ese momento, el gentío se levanta y amenaza con
revelarse.
- ¡Eh! tranquilos, que he puesto el ladrón para tener más sitios donde enchufar las cosas - dice respondiendo al murmullo general.
En
la Sala también nos encontramos con una moteros malagueños, que la
verdad, no parecen ataviados como unos moteros de pro. Parecen que van
de veraneo, luego nos cuentan que simplemente se han cambiado para estar
más cómodos. Se llaman Antonio y Juan y vienen de Torrox en la costa
este de Málaga, vienen de regreso después de haber recorrido la costa
mediterránea española, francesa e italiana. La verdad es que algo
cansados, ya que en su primera etapa recorrieron 1000 kms del tirón
atravesando la península ibérica de una sola tajada. No se que supone
más locura, si nuestra aventura o esa etapa de 1000 kms del tirón por la
geografía española, pero en fin, si algo he aprendido en esta aventura
es que los moteros están hechos de una pasta especial para toda clase de
desafíos.
Nuestros amigos destacan por su simpatía, su sencillez
nos encandilan, pero sobretodo a M Carmen que echaba de menos compartir
experiencias sin tener el idioma como barrera. Con ellos, mi novia se
despeja y recupera la sonrisa perdida con los últimos sucesos en el
ferry. De hecho, nos hacemos inseparables y que mejor manera de
invertir, que no gastar, las largas horas de travesía por el
Mediterráneo que tomando una cerveza con dos nuevos amigos.
Nuestro amigos moteros de Torrox
No
recuerdo muy bien, hasta que hora estuvimos, la verdad, pero si
recuerdo que nos reímos mucho recordando las anécdotas de nuestro viaje y
del suyo, mientras, unos somnolientos árabes se despiertan de su
letargo aprovechando el paréntesis que el ramadán ofrece para comer y
beber. En su compañía, puedo descubrir que hemos realizado dos formas
muy diferentes de entender los viajes en moto, pero tienen en común,
aparte del vehículo, el deseo por disfrutar de una experiencia que sólo
el que ha rodado a la luz del sol con el viento acariciando su cara
conoce. Descubrir, conocer, seguir adelante, esa es la esencia de
aventuras de este tipo.
Con esta gente, si el regreso a casa puede
suponer para nosotros un pequeño bajón al saber que el fin del mismo
está cerca, nuestros amigos malagueños están, sin duda, haciendo que el
impacto sea menor. Gracias amigos por hacernos pasar tan buen rato en
vuestra compañía. A nuestra llegada a la sala, los occidentales duermen
mientras los árabes empiezan a despertarse. Tomamos asiento y en mi
regazo mi novia se duerme confiada abrazada a mi. Yo sin embargo,
intento mantenerme vigilante, por lo que pudiera pasar, aunque
finalmente el sueño me vence a eso de las 05:00.
Amanece un nuevo
día y ya estamos en nuestro país. La emoción me embarga y no puedo
evitar tomar una instantánea del amanecer en el mar, después de un mes
de aventura sabe genial volver a casa.
Cuando
desembarcamos el grupo español decide hacerse una foto a las afueras
del puerto de Barcelona como recuerdo. Sin duda una buena forma de
empezar este periplo final por nuestro país, con el calor de gente de la
tierra y en nuestra tierra, un momento memorable en nuestra aventura si
no fuera por la mala noche que hemos pasado y los indescriptibles
olores que hemos sufrido, disfrutaríamos más si cabe de este momento.
Nos vamos del lugar con algo de prisa por llegar cuanto antes hacer el
check-in en nuestro hotel. Menos mal que hice la reserva cerca en el
Barrio de la Barceloneta, muy cercano al puerto, y que las dos
recepcionistas son comprensivas ya que la entrada es a las 12:00, pero
viendo la necesidad de una cama que tenemos, deciden hacer una excepción
con nosotros y facilitarnos una habitación donde reposar al menos hasta
el mediodía.
Al despertar de nuestra obligada siesta, sentimos algo especial. Ya
estamos en Barcelona, y aunque a algunos les pese ya estamos en España.
Con las amables recepcionistas de nuestro hospedaje y sus consejos, nos
lanzamos a conocer un poco más la ciudad condal, con algo de sueño eso
si. Comenzamos con el paseo marítimo de la Barceloneta, para pasar a
buscar la Catedral del Mar sin éxito. Decidimos, entonces, perdernos por
las enrevesadas calles de la capital para tomar un café en un local
cercano y empaparnos así del ambiente barcelonés. El local tiene cierto
aire retro, como salido de la Exposición Universal que se celebró aquí
en el 29. Su café de calidad sublime nos da el toque de inspiración para
encontrar, dentro del barrio gótico de la capital, por fin de Catedral del Mar.
En los alrededores
del bonito barrio del Born en el centro de Barcelona se encuentra una
de las iglesias más hermosas de la ciudad, la llamada Iglesia de Santa María del Mar. Esta preciosa edificación de estilo gótico catalán data del año 998 y
es obra del arquitecto Berenguer de Montagut quien la erigió durante
tiempos del esplendor expansionista catalán. Aunque no entramos en su
interior en su exterior se perciben detalles marcadamente góticos y la
luz interior es bastante particular.
Tras la visita a esta hermosa catedral de la ciudad nos ponemos en marcha rumbo a las Ramblas.
El
camino de las Ramblas está siempre jalonado de tiendas, restaurantes,
cafeterías y kioscos, así como tiendas. Es curioso, pero si la
Castellana de Madrid (arteria principal de la capital de España) se ha
convertido en una jungla de cristal donde los que mandan son los coches,
aquí es todo más peatonal, más pausado, como queriendo invitar al
visitante a deleitarse con las actuaciones de los actores que la pueblan
o a animarse hacer una visita a los lugares más emblemáticos que van a
dar a parar a la Rambla como por ejemplo el Mercado de la Boqueria y el Teatro del Liceo.
El Gran Teatro del Liceo de Barcelona, conocido como «El Liceo» (El Liceu en catalán), es el teatro en activo más antiguo y prestigioso de Barcelona, especialmente como teatro de ópera, entre los que es considerado uno de los más importantes del mundo.
Ha
sido escenario, desde 1847, de las más prestigiosas obras,
interpretadas por los mejores cantantes del mundo. Durante casi dos
siglos, ha sido símbolo y lugar de encuentro del poder, la nobleza y
burguesía catalanas, en los pisos inferiores, por un lado, mientas que
los aficionados de las clases sociales menos adineradas compartían su
pasión por la ópera en los pisos 4º y 5º, que hasta las últimas reformas
tuvieron una entrada independinte por la calle de San Pablo. Fue
reconstruido de un pavoroso incendio que se ocasionó, curiosamente, por
obras para dotarlo de protección contraincendios en 1994. Cerca de allí
encontramos otro de los puntos de visita obligada a Barcelona.
Mercado de la Boquería
El Mercado de la Boquería,
o como oficialmente se llama Mercado de San José es un colorido y
laberíntico mercado de más de 2.500 metros cuadrados a lo largo de los
cuáles se ubican más de 300 puestos que ofrecen todo tipo de productos.
Huevos, carnes, embutido, dulces, zumos de frutas…Resulta complicado
imaginar algún producto que no se pueda encontrar en La Boquería. El
propio mercado ya constituye una excusa para perderse por sus
innumerables tiendas que ofrecen las más granada selección de
curiosidades gastronómicas. Me parece que haría falta un mes aquí sólo
para probar todo lo que tienen que ofrecer sus más de 300 puestos.
Aunque M Carmen ya ha salido del Mercado, no se qué prisa tiene, yo me
deleito con una macedonia de frutas recién cortada. Volvemos a reunirnos
a la salida, para seguir explorando siguiendo el rumbo que nos marca el
pavimento ondulado, simulando olas, de la Rambla. Seguimos más allá de
la Plaza de Cataluña para pasar al Paseo de Gracia.
Casa Batllo
A nuestra izquierda se yergue la Casa Batlló ideada
por Gaudí y construida a finales del siglo XIX La Casa Batlló es un
reflejo de la plenitud artística de Gaudí: pertenece a su etapa naturalista (primera década del siglo XX),
periodo en que el arquitecto perfecciona su estilo personal,
inspirándose en las formas orgánicas de la naturaleza, para lo que puso
en práctica toda una serie de nuevas soluciones estructurales originadas
en los profundos análisis efectuados por Gaudí de la geometría reglada. A ello añade el artista catalán una gran libertad creativa y una imaginativa creación ornamental: partiendo de cierto barroquismo sus obras adquieren gran riqueza estructural, de formas y volúmenes desprovistos de rigidez racionalista o de cualquier premisa clásica.
Bien
es cierto que la casa es preciosa, y el diseño impresiona, pero más nos
impresiona el coste de la entrada para subir a verla por dentro. Nada
más y nada menos que 33 euros por cabeza. Con todos los respetos, la
Torre Eiffel cuesta 18 euros y es el monumento más visitado del mundo,
no es por desmerecer el encanto de la obra de Gaudí, pero pagar ese
precio por ver una casa me parece excesivo, por muy símbolo del
modernismo catalán que sea. Un relaciones públicas intenta convencernos
de entrar, defendiendo el monumento y asegurando que Gaudí lo diseñó
todo de esta casa, hasta la cubertería, con su peculiar estilo, por
supuesto.
-Rafa, que caro es todo, nos vamos a dejar el
presupuesto visitando monumentos. Aquí te cobra por respirar, pero mira
como se pusieron esos que conocimos en Venecia - se queja mi novia.
- Pues
es verdad, se que todo es precioso y digno de visitar, pero te puedes
dejar en un día en Barcelona el presupuesto de un viaje a la ciudad de
fin de semana, tranquilamente - asevero.
- ¿Y cual visitamos entonces? - pregunta mi novia
- Pues
los que podamos, pero de manera tranquila, vemos lo que podemos y
punto. Ya de por si la ciudad de Barcelona en si es un monumento que
merece la pena disfrutar - aseguro a mi novia.
Siguiendo esa
premisa de disfrutar y no agobiarse con posibles precios de entradas,
continuamos nuestro camino por las Ramblas hasta llegar a otra obra de
Gaudí, la Casa Milá, en la que el vigilante, todavía no
se como, nos deja curiosear por los patios interiores de forma
gratuita. Aprovechamos el regalo para hacer algunas fotos,
evidentemente, curiosear por el interior tiene un precio, que dado el
ajustado presupuesto de nuestro viaje rehusamos pagar. La Casa Milà es
un reflejo de la plenitud artística de Gaudí: pertenece a su etapa naturalista (primera
década del Siglo XX), periodo en que el arquitecto perfecciona su
estilo personal, inspirándose en las formas orgánicas de la naturaleza,
para lo que puso en práctica toda una serie de nuevas soluciones
estructurales originadas en los profundos análisis efectuados por Gaudí
de la geometría reglada. A ello añade el artista catalán una gran libertad creativa y una imaginativa creación ornamental: partiendo de cierto barroquismo sus obras adquieren gran riqueza estructural, de formas y volúmenes desprovistos de rigidez racionalista o de cualquier premisa clásica
Superado ya el
Paseo de Gracia y con una considerable caminata a nuestras espaldas
decidimos hacer un arrean más para visitar el que es considerado máximo
símbolo de Barcelona, y lugar más visitado de la ciudad: La Sagrada Familia
El Templo Expiatorio de la Sagrada Familia, conocido simplemente como la Sagrada Familia, es una basílicacatólica de Barcelona (España), diseñada por el arquitectoAntoni Gaudí. Iniciada en 1882, todavía está en construcción. Es la obra maestra de Gaudí, y el máximo exponente de la arquitectura modernista catalana. Además
de eso es el monumento más visitado de España con algo más de 3
millones de visitas al año. Algo lejos de otros monumentos a escala
global, pero que da buena cuenta del interés que suscita esta
construcción, la cual, si sigue el ritmo actual de las obras no estará
concluída para el año 2026, coincidiendo con el centenario de la muerte
de Gaudí, ahí es nada. Sin duda no se me ocurre mejor homenaje para el
arquitecto catalán.
La construcción comenzó en estilo neogótico,
pero, al asumir el proyecto Gaudí en 1883, se replanteó por completo.
Según su proceder habitual, a partir de bocetos generales del edificio,
improvisó la construcción a medida que avanzaba. Gaudí se hizo cargo del
proyecto con sólo 31 años. Le dedicó el resto de su vida, los últimos
quince en exclusiva. Una de sus ideas más innovadoras fue el diseño de
las elevadas torres cónicas que sobresalen apuntadas sobre los portales,
y que se van estrechando con la altura. Las proyectó con una torsión parabólica,
que otorga una tendencia ascendente a toda la fachada, favorecida por
multitud de ventanas que perforan la torre siguiendo formas espirales.2
El
templo, cuando esté terminado, dispondrá de 18 torres: cuatro en cada
una de las tres fachadas y, a modo de cúpulas, se dispondrá un sistema
de seis torres, con la torre cimborio central —dedicada a Jesús— de 170 metros de altura, otras cuatro alrededor de esta, dedicadas a los evangelistas, y un segundo cimborio dedicado a la Virgen. Tanto el exterior como el interior están resueltos con un original sistema constructivo basado en la geometría reglada.
En
1926, al morir Gaudí, solo se había construido una torre, pero desde
entonces las obras no se han detenido. Lo cierto es que a pesar de su
magnificencia no te das cuenta de su tamaño hasta que estas frente a
frente con ella. Nosotros nos hemos quedado impresionados.
-M Carmen vamos a entrar, tiene que ser impresionante, como visitar Notre Dame en Paris
-Ya,
Rafa, pero mira son casi las 19:00 hora y la cola de la vuelta a la
manzana, pone que cierra a las 20:00, nos queda una hora. Sería hacer la
cola para nada. - me advierte M Carmen con criterio.
El
horario, y el precio entorno a los 19 euros, nos hacen desistir de
entrar. Aunque hay una posibilidad, la reserva por internet que hace que
tengas una cola especial, más corta para ellos.
-Déjalo Rafa,
no merece la pena, aunque consigamos entrar en menos de una hora
tendríamos que irnos, dime ¿Pagaría por ver el Louvre una hora? - me pregunta ella sabiendo de plano la respuesta.
Palau de la Generalitat de Cataluña
Al
volver de visitar este insigne monumento y camino ya de regreso a una
zona cercana al hotel y al Puerto de Barcelona, sin saber muy bien como,
acabamos en la Plaza donde se encuentra el Palau de la Generalitat de Cataluña
sede del Gobierno Autonómico de Catalunya. El edificio, que es precioso
contiene, tras la fachada neoclásica, elementos góticos puros, góticos
flamígeros, renacentistas y barrocos. Esta variedad es fruto de una
dilatada construcción desde principios del siglo XV hasta mediados del
siglo XVII. Destaca la delicada belleza del Pati dels Tarongers (Patio
de los Naranjos). Aprovechamos para hacer un alto en el camino, reponer
fuerzas, y deleitarnos con alguna tapa catalana. La verdad es que si no
fuera por los altos precios de Barcelona esta visita estaría siendo
perfecta, sin duda, alguna Barcelona no deja indiferente al visitante y
siempre está dispuesta a ofrecer su mejor cara.
En pleno camino de regreso a
casa y como curiosidad nos encontramos con esta escena digna del Street
Fighter II, sin duda Barcelona está siendo una de las capitales más
impresionantes de nuestro viaje, lástima que tan sólo podamos dedicarle
un día de visita. Siempre tiene con alguna sorpresa inaudita que
ofrecernos.
Después
de la "escena de violencia" y volviendo a las Ramblas encontramos
fácilmente el camino hacia el Puerto de Barcelona y hacia otro de los
hitos de la ciudad.
Estatua de Colón
La Estatua de Colón,construido
en homenaje al descubridor Cristóbal Colón, el Monumento a Colón es un
llamativo mirador de 60 metros de altura que se encuentra ubicado junto
al puerto de Barcelona. El mirador está compuesto por una enorme columna
de estilo corintio sobre la cual se eleva una estatua de Colón. En la
parte inferior de la columna se encuentran varios conjuntos escultóricos
relacionados con el descubrimiento de América y las figuras de hierro
de ocho leones en los que suelen subirse los turistas. Las obras
del monumento fueron iniciadas en 1881 para rendir homenaje al insigne
descubridor por haber elegido a la ciudad condal como puerto de
desembarco de uno de sus viaje por América. Tras siete años de
construcción estuvo listo para la Exposición Mundial, que no
Universal, de 1888.
- ¿Subimos? - pregunta M Carmen
curiosa mientras señala la estatua con el dedo, igual que el navegante
genovés señala al infinito horizonte.
- Pues no te vas a
perder nada, las vistas son malas, la postura incomoda ya que te
encajonas literalmente con otros que quieren ver las vistas desde un
pequeño ventanuco, no merece la pena, créeme, además hace poco se
quedaron unos malagueños atascados en el ascensor, a ver si nos va a
pasar lo mismo.
En ese momento, M Carmen abandona la
conversación y sin mediar palabra se dirige ya al Puerto y en concreto a
las instalaciones del Maremagnum de Barcelona, ya con el sol rayando en
el horizonte en un bonito anochecer.
Maremagnum
El
Maremagnum es un megacentro comercial flotante de aire vanguardista
junto al mar abierto todos los días del año, con tiendas y restauración,
que ofrece al visitante también momentos de evasión mientras se pasea
por sus muelles observando el mar calmo y las playas cercanas. Pero el
Maremagnum no son sólo tiendas, también ofrece al visitante cosas tan
interesantes como el Acuario de Barcelona, el cual
alberga a más de 11.000 peces y criaturas marinas de 450 especies
diferentes y es uno de los acuarios más importantes del mundo. Se trata
de un lugar entretenido tanto para niños, que pueden hacer una acampada
durmiendo junto a los peces, como para los adultos, que tienen la
posibilidad de bucear junto a los tiburones.
Sin embargo,
nosotros no estamos para lidiar con tiburones, ya hemos tenido bastante
con los conductores italianos, jejeje. Lo que si nos apetece para
relajarnos es ver una película por primera vez en mucho tiempo. Así que
nos acercamos a los cines que se encuentra justo al lado del Acuario. Y
es allí donde terminamos nuestra visita a Barcelona viendo "El Hombre de
Acero", la nueva película de Superman, y que ya estaba deseando ver. Es
posible que no suponga ninguna novedad a lo que ya conozco de la vida
del superhéroe, pero en esta ocasión algo tan rutinario, en principio,
como ir al cine con mi novia en Barcelona, supone un plus de normalidad
añadido al viaje que reconforta aunque recuerda que ya estamos
prácticamente a menos de 1000 kms de casa y que nuestra aventura,
finalmente, va a llegar, inexorablemente a su fin.